Despedida a Silvestre Revueltas

Compositor y director
Jaime Bali Wuest

La noche del 5 de octubre de1940 Silvestre Revueltas no asistió a la función de estreno de su ballet, El Renacuajo paseador. El arte y la danza de La Paloma Azul bajo la dirección de la coreógrafa Anna Sokolow y la escenografía de Carlos Mérida hicieron una con la música del genio para brindar al público un espectáculo que quedaría en la memoria de todos los que asistieron esa noche al estreno. Claro que el público aplaudió hasta rabiar la actuación de La Paloma Azul y las notas alegres y entusiastas de la pieza musical que Revueltas dejó como señal inequívoca de su partida definitiva.

Jesús Bal y Gay, en una crónica publicada el 6 de octubre de 1940 en El Universal nos dice:

El espíritu infantil del cuento que le sirve de base está fielmente interpretado por el compositor, la coreógrafa y el escenógrafo. Una alegre complacencia se apodera de nosotros tan pronto como aparecen los primeros compases y el telón se alza sobre un decorado estridente pero sobrio [...] No creo que constituya una de las obras más importantes de Revueltas, pero sí una de las mejor logradas, es decir, más de acuerdo con el propósito inicial. Difícil de escritura —a pesar de su aparente ingenuidad— es fina de orquesta y de un gesto muy seguro para el manejo de los timbres. El humor, el buen humor —quintaesencia del hombre Revueltas— no la abandona un momento.

Continúa la nota afirmando que con una música así, la tarea de Anna Sokolow no fue muy ardua, pero reconoce los aciertos de su actuación: "Los movimientos y la distribución de los bailarines es siempre grata y no denuncian la angulosidad a que propenden las coreografías de obras montadas recientemente. La gracia del cuento está bien entendida y eso es todo”.

En alusión directa, la escenografía montada con espíritu infantil y que se manifestó en los figurines diseñados por Carlos Mérida, Bal Gay nos dice:

... los animalillos que pueblan la escena son sencillamente cómicos, graciosos, estímulo a nuestra ternura, capaces de infantilizarnos por todo el tiempo que dura el espectáculo. En una palabra —y ello comprende por igual la partitura y la coreografía— el ballet no parece obra de gente adulta, sino el sueño de un niño: mundo infantil tomado en serio.

Silvestre Revueltas, compositor y director de orquesta, figura destacada de la música contemporánea en México, nació el 31 de diciembre de 1899 en Santiago Papasquiaro, Durango. Creador de obras sinfónicas, ballet y composiciones teatrales y autor, entre muchas otras, de La noche de los mayas Sensemayá.

Como se asienta más arriba, Revueltas no asistió al estreno de su ballet, murió ese mismo día, su obra y su música, creada a su imagen y semejanza, se quedó aquí, cobijada por un público lleno de alborozo, que le regaló su aplauso en ausencia, como señal de despedida.

 

“Despedida a Silvestre Revueltas” del autor Jaime Bali Wuest y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 31.