Bustamante fue un escritor prolífico. Entre sus obras destaca Cuadro histórico de la revolución de la América mexicana, publicada en seis tomos que redactó entre 1823 y 1833.

Ese día nació en Oaxaca Carlos María de Bustamante, periodista e historiador infatigable, partidario de los ideales liberales y de la independencia de México, así como constructor de las imágenes de los próceres de ésta. Sin él, la historiografía temprana de la gesta iniciada en 1810 estaría incompleta; sin él no recordaríamos muchos nombres, hechos y debates que sacudieron a la nación en el difícil tránsito a su vida independiente y durante sus primeras y caóticas décadas.

En 1801 se recibió de abogado, profesión en la que alcanzó cierto prestigio; pero su verdadera vocación la abrazó en 1805 cuando fundó, junto con Jacobo de Villaurrutia, el Diario de México, con el que iniciaba una carrera en las letras que no interrumpió nunca. Cuando el ejército francés invadió España, en 1808, Bustamante empezó a participar en la política novohispana.

Más tarde, tras publicar numerosos artículos en defensa del movimiento independentista, tuvo que huir de la ciudad de México y se unió a las fuerzas de José María Morelos en 1812. Al lado del líder de la insurrección, lo mismo organizó regimientos que publicó periódicos y fue electo diputado al Congreso de Chilpancingo, en el cual participó en la redacción del Acta Solemne de la Declaración de la Independencia de América Septentrional en 1813.

Luego de la derrota y muerte de Morelos en 1815, fue perseguido por los españoles hasta que en 1817 se acogió al indulto ofrecido por el virrey Juan Ruiz de Apodaca a los últimos insurgentes, lo que no le ahorró un año de prisión en San Juan de Ulúa.

En el ocaso del virreinato novohispano, respaldó a Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. Y ya en el México independiente, representó a Oaxaca en el Congreso constituyente de 1822, disuelto por Iturbide y reunido otra vez en 1823 para redactar la primera carta magna de los Estados Unidos Mexicanos.

Durante las dos décadas siguientes escribió numerosas obras, rescató fuentes imprescindibles para la historia de México, editó periódicos políticos y participó en la vida pública nacional, casi siempre como diputado por Oaxaca. Por otra parte, sus escritos muestran una calidad dispar e incluso sus defectos fueron señalados hasta la saciedad por sus enemigos de entonces y por críticos posteriores.

Él siempre fue apasionado y generoso. Además de financiar su propia obra, gastaba su escasa hacienda en el rescate de documentos y libros fundamentales para la comprensión del pasado mexicano que, sin su labor, se habrían perdido para siempre. Crítico contumaz de los males que aquejaban al país, veía en la historia y en los héroes nacionales ejemplos permanentes a seguir.

Murió en 1848, dicen que de tristeza al ver ondear la bandera de las barras y las estrellas en Palacio Nacional, durante la invasión estadunidense a México.

Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #99 impresa o digital:

Felipe Ángeles. Versión impresa.

Felipe Ángeles. Versión digital.

Si desea leer más artículos sobre la Independencia de México, dé clic en nuestra sección Guerra de Independencia.