Falleció el 6 de agosto de 1986 en su casa de Coyoacán, en la Ciudad de México. Impregnado del nacionalismo cultural de la posrevolución, se convirtió en un director fundamental de la época de oro del cine mexicano.
Tras participar en la rebelión delahuertista de 1923-1924, huyó a Estados Unidos y en Los Ángeles trabajó como extra y doble de estrellas en Hollywood. Al regresar a México y bajo la influencia estética del cineasta ruso Sergei Eisenstein, se integró a la incipiente industria fílmica del país. En 1934 actuó en Janitzio, de Carlos Navarro, su primer estelar. También comenzó a escribir guiones, hasta que en 1941 debutó como director con La isla de la Pasión. Dos años más tarde, llegó su gran éxito: María Candelaria. Al exaltar a la patria, sus películas difundieron en el mundo lo “naturalmente mexicano” que conformó su estética: “Solo existe un México, el que yo inventé”, llegó a decir.
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El gran cineasta Emilio el Indio Fernández