Carlos Santana, ya reconocido como uno de los mejores guitarristas de rock en el mundo, se hizo incluso del récord Guiness para un músico que logra colocar dos números uno en ventas con 28 años de diferencia.

Saturado aún por los efectos de la mescalina con la que horas antes intentó quizá amainar su nerviosismo mientras se daba un gusto, el joven guitarrista Carlos Santana se dejó guiar por su talento para producir esa vertiginosa estridencia con su Fender SG, dejando perplejos a los miles de espectadores que se dieron cita en el Festival de Woodstock aquel verano de 1969. La banda Santana, lidereada por Carlos, era una perfecta desconocida que había llegado ahí por inesperadas circunstancias y terminó por dar una de las actuaciones más aclamadas del evento.

A partir de entonces la vida de Carlos Humberto daría un salto descomunal porque para la crítica no era solo un guitarrista excepcional y su banda de blues y rock una talentosa legión multiétnica: habían innovado al integrar una sección de ritmos latinos y africanos emanados de un par de tumbadoras y otras percusiones, algo hasta entonces inusual entre las bandas de dichos géneros. Bill Graham, quien “a fuerza” los incluyó en la cartelera del festival, les advirtió que el concierto les cambiaría la vida y que después “la gente comenzará a verlos como The Doors y Jimi Hendrix”. No se equivocó y el ascenso sería meteórico.

Ese año llegó también el álbum debut, seguido de dos discos más que completarían una portentosa trilogía: Santana, Abraxas y Santana III. Grabados en 1969, 1970 y 1971, estos dejaban claro que la fusión de rock, blues, jazz, funk, soul, así como mambo, chachachá, salsa, calipso y otros sonidos calientes del mundo latino y del africano serían el sello de su música. Además, el segundo de ellos se convirtió en un éxito de ventas al alcanzar el número uno en las listas de Billboard en EUA, algo inédito para una banda de rock latino. Lanzado como álbum doble con una espectacular portada, Abraxas incluyó las icónicas Samba pa ti, Oye como va (original de Tito Puente) y Black Magic Woman.

Pero el éxito y tal vez la juventud detonaron la pronta separación de la Santana Blues Band. Además, los percusionistas Carabello y Chepito Areas acusaban un excesivo protagonismo de Carlos y en cierto modo no se equivocaban, pues a pesar de que la mayor parte de las piezas no eran cantadas por él, la crítica expresaba que los músicos solo acompañaban las magistrales interpretaciones de Carlos. Fue así que desde el cuarto álbum, Caravanserai (1972), desfilaron junto al guitarrista jalisciense un sinfín de talentosos músicos que realizaron con él aclamados álbumes en las décadas siguientes, aunque ya muy lejos de los primeros lugares en ventas.

Esto último terminó en 1999 con el lanzamiento del Supernatural. Carlos Santana, ya reconocido como uno de los mejores guitarristas de rock en el mundo, se hizo incluso del récord Guiness para un músico que logra colocar dos números uno en ventas con 28 años de diferencia. A ello vinieron una cascada de galardones para un álbum que no solo reconocía su talento, sino su llegada al nuevo siglo inmerso en los nuevos parámetros de la industria de la música.

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