Para Hobsbawm, el caso de Joaquín Murrieta de California es “un invento literario, pero lo bastante verosímil como para haber penetrado en el folklore e incluso en la historiografía californiana”.

El primer relato estructurado sobre ese personaje, Vida y aventuras de Joaquín Murieta: el célebre bandido de California, escrita por John Rollin Ridge, fue publicada en 1854 como un folleto de noventa páginas (del que no existen copias), y luego pirateada por la California Police Gazette, alterando el original. En Sonora, los cronistas han encontrado papeles parroquiales que demostrarían que Murrieta nació en ese estado, y muchos relatos sobre él siguen el ritmo del texto de Ridge: el rebelde que habría intentado enfrentarse a los gringos para restituir el territorio que le habían quitado a México pocos años antes. Murrieta fue asesinado por una banda de cazarecompensas capitaneada por Harry Love, un aventurero que vendía sus servicios y que había pertenecido a los rangers de Texas que participaron en la guerra contra México.

Los periódicos de la época dan cuenta de los asaltos y asesinatos supuestamente cometidos por la banda de los “Cinco Joaquines”. Entre los miembros de la banda estaba un Joaquín Valenzuela quien, según el relato de Ridge, sería un vengador de la invasión norteamecaricana, junto con Murrieta. Hay una escena en la que este último le da voz a Valenzuela para que cuente sus andanzas en la afamada guerrilla del llamado Padre Jarauta que hostigaba a las tropas de Winfield Scott en territorio mexicano. Este dicho se transmite sin alguna demostración de su veracidad.

Lo cierto es que la California de 1850, a dos años de terminada la invasión, era territorio de aventureros, comerciantes y empresarios rapaces. La masiva invasión de anglos provocó un desplazamiento real de los californianos que eran mexicanos. A pesar de la supuesta protección de las leyes, de acuerdo con lo estipulado en el Tratado Guadalupe Hidalgo de 1848, fueron desplazados en los negocios y en las tierras, y sus quejas fueron tratadas con desprecio en los juzgados, como si fueran extranjeros.

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