Y la increíble historia del auto que ganó con dos pilotos en 1962
El primer Gran Premio de México fue disputado el 4 de noviembre de 1962. Sobre él existen diversas anécdotas que van desde la llamativa llegada de los equipos profesionales, la participación del alemán Wolfgang Seidel que ni licencia tenía, el abandono de Porsche ante su inminente salida de Fórmula 1 ese mismo año, e incluso el propio nombre del circuito, que en años posteriores cambiaría de Magdalena Mixhuca a Hermanos Rodríguez en honor a dos de nuestros mejores pilotos, sobre todo por Ricardo Rodríguez, quien falleció durante las pruebas preliminares de este evento.
Fue una carrera que no contó oficialmente para el campeonato, por lo que algunos equipos no participaron en sus mejores condiciones e incluso Ferrari no hizo ni el viaje. Con todo, resultó bastante entretenida, sobre todo cuando Jim Clark y Trevor Taylor ganaron compartiendo el mismo Lotus, en el que sería el último caso permitido en eventos de esta categoría. Pero ¿cómo fue esto posible?
Jim Clark se encontraba más que listo para competir, pero su coche no opinó lo mismo: simplemente no arrancó por problemas en la batería. Tras algunas palabras con las autoridades, se aprobó que fuera echado a andar por los mecánicos del equipo en plena pista. Pero fue tal la desorganización, que se produjo un pequeño embrollo con los demás pilotos e incluso el británico John Surtees dijo durante muchos años que aquello provocó que se incendiara su auto antes de comenzar, lo que forzó su salida del evento.
Para evitar más reclamos, los comisarios optaron por declarar ilegal la largada de Clark y este tuvo que abandonar con su Lotus El primer Gran Premio de México después de muy pocas vueltas. El ánimo del equipo se fue al traste, pues era su mejor as bajo la manga, hasta que alguien recordó que, de acuerdo con el reglamento, en una carrera como la de México podían permitirse ciertas particularidades.
Fue así que en una parada en los pits, Taylor abandonó su auto para que lo abordara Clark. El cambio fue notable y tras pisar el acelerador a fondo logró posicionarse en primer lugar, compartiendo puntaje con Trevor. Esta situación nunca más se ha repetido en eventos de Fórmula 1. Y a pesar de la confusión inicial por este peculiar hecho y la muerte del piloto mexicano, la carrera obtuvo el estatus de Campeonato del Mundo del Gran Premio de México de 1963 a 1970, año en el que por cierto un perro que atravesó la pista en plena carrera casi mata a Jackie Stewart, pero eso ya será parte de otro relato.
La breve "El primer Gran Premio de México" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México número 129. Cómprala aquí.