La trayectoria de Hollis puede tener una lectura lineal que va de lo sintético y estruendoso a un mundo espiritual y orgánico, donde nos asfixia con atmósferas de sensaciones que nos llevan a disfrutar el instante. Mark sugería: “La forma ideal para escuchar mi música es estar solo, extremadamente silencioso; no creo que sea necesario subir el volumen más allá de la intensidad natural que los instrumentos tendrían dentro de la habitación”. Su cuarta obra, “Spirit of Eden”, es una obra de arte integral que no debía comercializarse en partes ni contaba con un sencillo para su lanzamiento.