¡Vamos al cine! Les recomendamos “La noche de la iguana”

Dirigida por John Huston en 1964

Marco A. Villa

Después de terminar su sermón con gritos y en una actitud hostil, el pastor Shannon es separado de su cargo tras ser acusado de pederastia. En seguida es internado en una clínica psiquiátrica y luego viaja a Puerto Vallarta, Jalisco, en un esfuerzo por resarcir su vida, aunque lo que parece buscar es evadir su realidad hasta perderse, no sin antes intentar redimirse mientras se refleja en una iguana a la que libera después de permanecer atada.

 

Ya en territorio jalisciense, Shannon (interpretado por el actor galés Richard Burton) trabaja como guía turístico de un grupo de mujeres texanas, en su mayoría maestras, a quienes se une la joven Charlotte (Sue Lyon, la Lolita de Stanley Kubrick), quien busca seducir al pastor. Sin embargo, el problema escala y él es despedido luego de que una maestra (Grayson Hall) encuentra a la joven duchándose con el pastor alcohólico y de tendencia suicida, entre otros desaguisados. Hundido en un colapso nervioso, Shannon va con el grupo al hotel de su amiga, la también alcohólica Maxine (Ava Gardner), donde conoce a Hannah (Deborah Kerr), una pintora de rígida moral que vacaciona con su abuelo (Cyril Delevanti), un poeta de aproximados noventa años.

Los personajes, enigmáticos, perdidos y algunos de ellos moralinos, conviven en circunstancias forzadas en las bellas locaciones de este poblado mexicano que despuntaría como un gran destino turístico gracias a La noche de la iguana, historia rodada para la pantalla grande por el aclamado director estadunidense John Huston en los meses finales de 1963 y estrenada al año siguiente.

Por entonces, este lugar tropical del Pacífico era apenas un atractivo pueblo con playa, de pocos habitantes y caminos mayormente rurales que conectaban con parajes de difícil acceso, como la incómoda y agreste playa Mismaloya, plagada de escorpiones e iguanas, en la cual se filmó casi la totalidad de la cinta. Los cerca de 120 integrantes del rodaje tuvieron que adaptarse a la inhospitalidad del lugar, incluido un reparto de actores estelares que se encontraban en la cúspide de sus carreras. El talento mexicano estuvo presente con Gabriel Figueroa en la fotografía y la actuación de Emilio el Indio Fernández. Además, el recorrido de varios kilómetros desde Puerto Vallarta, donde tenían su campamento base, a Mismaloya, fue para ellos una constante.

 

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La noche de la iguana