Sabido es que el connotado líder revolucionario ruso León Trotsky se refugió en la ciudad de México en una casa de Coyoacán a partir de 1937, luego de ser perseguido por el régimen estalinista. También que tres años después un comando armado, encabezado por el pintor chihuahuense David Alfaro Siqueiros, tomó por asalto la casa de Trotsky, pues como partidario del comunismo de Stalin, el artista planeaba asesinarlo. El atentado fracasó gracias al cuerpo de guardias del exlíder soviético y Siqueiros fue remitido a la prisión de Lecumberri.
“Siqueiros estaba en la cárcel, en el año 1941, y Neruda le dio un visado para ir a Chile”, señala el historiador español Mario Amorós en su más reciente libro: Neruda, el príncipe de los poetas. Esto se suma a otras interesantes y nuevas declaraciones que contiene el volumen sobre la vida del también diplomático y premio nobel de Literatura.
La ayuda prestada a Siqueiros le generó algunos problemas al poeta al interior del Partido Comunista, del que era militante, así como sanciones económicas de la cancillería chilena y otros conflictos políticos. Sin embargo, tiempo después, el artista mexicano pintaría una serie de murales a manera de agradecimiento con el país andino y particularmente con Neruda.
Para leer. Mario Amorós, Neruda, el príncipe de los poetas, España, Ediciones B, 2015.