El 9 de marzo de 1916 la tranquilidad de los habitantes del pueblo de Columbus, Nuevo México, fue interrumpida por los sorpresivos gritos de ¡Viva Villa! y ¡Viva México!
Una fuerza invasora mexicana de 500 hombres, atacó el solitario y casi desconocido pueblo norteamericano: el general revolucionario Francisco Villa iba al frente de los invasores, quienes fueron rechazados por fuerzas del ejército estadunidense con una batalla que duró seis horas y que causó grandes destrozos al poblado. Estados Unidos respondió a este ataque rápidamente enviando a México una expedición punitiva formada por 4 800 soldados, más tarde aumentada hasta 10 000, que invadió el estado de Chihuahua con la intención de capturar a Villa, vivo o muerto, y destruir sus tropas.
La expedición punitiva fue un desastre militar y político para Estados Unidos, ya que Pancho Villa no fue capturado ni sus fuerzas destruídas; provocó una hostil reacción del pueblo mexicano y amargó las relaciones con el gobierno de Venustiano Carranza. Finalmente, salió del país once meses después de su entrada.
Pero, ¿por qué Villa atacó Columbus? Durante el año anterior, el ejército revolucionario puesto a sus órdenes, la poderosa División del Norte, había sido destruída en una serie de terribles batallas libradas contra el Ejército Constitucionalista, que mandaba el general Álvaro Obregón. Antes de que terminaran esas batallas, cuando la balanza se inclinaba claramente a favor de los Constitucionalistas, Estados Unidos reconoció al gobierno de éstos, encabezado por Venustiano Carranza, lo que, sumado a una serie de hechos posteriores, convenció a Pancho Villa de que Carranza había firmado un pacto con el gobierno de Estados Unidos que terminaría reduciendo a México de nación soberana a mero protectorado estadunidense; así, decidió impedir semejante iniquidad mediante un acto de provocación que causara una guerra para salvar a la patria.
En realidad no había tal pacto, aunque Villa tenía sobrados motivos para creer en su existencia, y si la reacción del gobierno estadunidense sólo redundó en su desprestigio y su alejamiento del gobierno de Carranza, otros efectos importantes del ataque a Columbus fueron la debilidad crónica del gobierno de este último, que nunca pudo extender su control efectivo a todo el territorio nacional, lo que a la postre facilitó su caída y el fortalecimiento de los sentimientos nacionalistas en el pueblo y gobierno de México. Pancho Villa, con su ataque a Columbus, quedó ante los ojos de muchos mexicanos como el simbólico vengador, entre otros agravios, de la intervención estadunidense de 1847.
“¡Viva Villa! y ¡Viva México!” de los autores Pedro Salmerón Sanginés y Luis Arturo Salmerón y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 14.
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