Motown, la empresa que se volvió sonido

Ismael Villafranco

 

La música de Motown tiene un estilo muy particular, un sonido que definió al género pop tal cual lo conocemos hoy, con solistas como Beyoncé, Bruno Mars o Sam Smith; incluso la forma en que estos desarrollaron sus carreras podría considerarse a la Motown. 

 

La historia del fenómeno sociomusical Motown viene de la mano del empresario Henry Ford, cuya muerte en 1947 coincidió con el nacimiento del rhythm and blues (R&B), etiqueta reivindicadora del género étnico que remitía a la música creada por la comunidad afroamericana de Estados Unidos.

A principios del siglo XX existió una red de estaciones musicales en puntos estratégicos del territorio norteamericano, conocida como Chitlin’ Circuit. Estos espacios fueron una respuesta de los afroamericanos a las leyes de segregación racial y operaban bajo la consigna “separate but equal” (separados pero iguales). Artistas como James Brown, B. B. King, Tina Turner, Chubby Checker, Bobby Rush, Jimmie Lunceford o Jimi Hendrix recorrieron estos caminos.

A medida que el circuito conquistaba más espacios para presentar la música de cada zona del país, esta se reconfiguraba con la sinergia generada entre ellos. Los altos estándares de calidad derivaban en espectáculos que no tenían cabida en otro contexto. Little Richard fue uno de los artistas que aprovechó estos escenarios para permitirse ser él mismo, sin miedo a alguna reacción represora o violenta. Se presentaba ante su público incluso vestido de mujer.

Un creador más del Chitlin’ Circuit que cambió el mundo musical fue Ray Charles, quien combinó la pasión de la religión con la del blues para regalar al orbe el sonido soul. Otro caso fue el de Louis Jordan, quien consiguió concentrar la esencia de las big bands en un pequeño grupo de músicos, sentando las bases de la alineación de las futuras bandas musicales. Un legado igual de prominente viene de Smokey Robinson, que con su canto andrógino logró darle un carácter muy peculiar a la importancia de la voz en las interpretaciones, algo que la música pop aprovecha hasta nuestros días.

La expansión de los territorios conquistados con la música afroamericana llevó consigo la demanda de sus discos. Así, en 1959 nació Tamla, sello que al poco tiempo cambió su nombre a Motown, en honor a la ciudad de Detroit, Michigan, donde fue fundada y que era conocida como Motor Town porque allí Henry Ford reconfiguró una maquinaria agrícola para ofrecerle al mundo el automóvil.

A la Ford Motor Company se debe la forma corporativa para crear artistas que adoptaría Motown Records. Esta idea fue de Berry Gordy III, exempleado de la Ford y dueño de la nueva compañía discográfica enfocada en promover artistas afroamericanos que destacaran no solo por su calidad vocal, sino por su desempeño en el escenario, y que además contaba con la infraestructura necesaria para su desarrollo. Exponentes como Smokey Robinson and The Miracles, Diana Ross and The Supremes, Marvin Gaye, Tammi Terrell, Steve Wonder, The Temptations, Gladys Knight & The Pips y The Four Tops, fueron algunos de los que dieron forma al fenómeno.

La música de Motown tiene un estilo muy particular, un sonido que definió al género pop tal cual lo conocemos hoy, con solistas como Beyoncé, Bruno Mars o Sam Smith; incluso la forma en que estos desarrollaron sus carreras podría considerarse a la Motown. Y esto fue consecuencia del arduo trabajo que se invirtió en aquellos estudios para lograr incubar nada más y nada menos que al Rey del Pop, Michael Jackson.