Miguel Negrete

Luis A. Salmerón

Pese a sus cambios de bando durante el convulso siglo XIX, el general Negrete es considerado un héroe por su destacada participación en la batalla contra los franceses en 1862.

 

“Yo tengo Patria antes que partido...”, dijo el general conservador Miguel Negrete cuando se puso a las órdenes del presidente Benito Juárez para enfrentar a los invasores franceses. Nacido en Tepeaca, Puebla, el 8 de marzo de 1824, cambió al menos tres veces de bando y, pese a todo, no es considerado traidor.

Desde el 4 de mayo, Ignacio Zaragoza le ordenó a Negrete que ocupara los cerros de Loreto y Guadalupe. Los soldados bajo su mando, hombres del pueblo llano, indígenas en su mayoría, llevaron sobre sus hombros el peso principal de la batalla, siendo los primeros en entablar el combate cuerpo a cuerpo con el enemigo, donde pudo más su arrojo que la disciplina y experiencia militar de los legendarios zuavos.

El general Negrete se incorporó al Ejército como voluntario durante la intervención estadunidense. En 1855 respaldó la Revolución de Ayutla, en la que se ganó el grado de coronel. Pese a su militancia liberal, cuando Félix Zuloaga y los conservadores desconocieron la Constitución en 1857 mediante el Plan de Tacubaya, Negrete puso su espada del lado conservador; sin embargo, al ocupar Tlaxcala ese mismo mes, estableció nuevamente la Constitución en ese estado y atacó a los conservadores que ocupaban la ciudad de Puebla.

En abril de 1858 opta nuevamente por defender los ideales conservadores y logra el ascenso a general. En diciembre de 1860 es derrotado por los liberales de Jesús González Ortega en la batalla decisiva de Calpulalpan, junto a Miguel Miramón y Leonardo Márquez. Pero a diferencia de ellos, Negrete acepta la amnistía otorgada por Juárez y se retira a la vida privada.

Cuando los vientos de intervención soplaron sobre la República, Negrete se presentó ante Juárez con su famosa frase y durante la invasión enfrentó a los franceses en Acultzingo, Puebla (en 1862 y 1863), fue ministro de Guerra de 1864 a 1865 y luego volvió a empuñar las armas en las batallas de Saltillo y Monterrey.

Terminada la intervención se mantuvo del lado de la República restaurada y en 1868 apoyó la insurrección de campesinos dirigida por Julio Chávez López en Texcoco. En 1869 se sublevó contra Juárez y tomó los fuertes de Loreto y Guadalupe que tanta gloria le habían dado, pero fue capturado y condenado a muerte, pena que libró gracias a que Porfirio Díaz consiguió su indulto en recompensa a su participación en la batalla de Puebla.

Apoyó al general Díaz en sus alzamientos en contra de los gobiernos de Juárez (1872) y Sebastián Lerdo de Tejada (1876), pero en 1879 Negrete lo acusó de traicionar la Constitución y propuso el establecimiento de un gobierno patriótico consagrado a su pueblo, levantándose otra vez en armas.

Poco después se adhirió al Plan Socialista de Sierra Gorda. Derrotado y perdonado nuevamente, al fin se retiró. Murió en la Ciudad de México el 1 de enero de 1897. Pese a sus múltiples cambios de bando, Negrete demostró con hechos que antes que partido tenía Patria... y la patria lo recompensó otorgándole un lugar en su panteón de héroes.

 

El artículo "Miguel Negrete" de Luis A. Salmerón se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México, número 45.