Estar en la morada del führer Adolf Hitler, incluso meterse a su bañera y tomar una serie de retratos, parece suficiente motivo para dejar una memorable estampa no sólo en la historia de la Segunda Guerra Mundial, sino también en la del mundo en el siglo XX. Pero la estadounidense Elizabeth Lee Miller fue mucho más allá de eso, pues una vez que decidió ponerse detrás de la cámara y no frente a ella –como la cotizada modelo que era–, vivió de primera mano los horrores de esta guerra al lograr internarse en los campos de concentración y documentar las prácticas de exterminio de los nazis que, gracias a ella, el mundo conoció, como también la fuerza del espíritu humano ante tales eventos. Su trayectoria y, en general, los aspectos más destacados de su vida son recuperados en el filme aquí recomendado.
El origen de su infancia en Poughkeepsie, una pequeña localidad industrial del este de Estados Unidos, pudo sembrar en Elizabeth el interés por retratar las vicisitudes del día a día, en una época en la que el mundo se transformaba vertiginosamente. Apoyada por su padre Theodore –ingeniero, inventor y fotógrafo aficionado, y quien le regaló una Kodak Box Brownie cuando ella era niña–, aprendió luego la labor de revelado dentro de un cuarto oscuro y también del modelaje artístico al posar para él.
En 1925 llegó la hora de ir a Europa. Lee entonces rondaba los 18 años. Si bien pudo convencer a su padre de permitirle hacer un viaje de estudios a París, la experiencia resultó ser mucho más enriquecedora que sólo matricularse en L’École Megyès pour la Technique du Théatre. En el periodo de entreguerras, pudo, en medio de un tenso ambiente político y social, asomarse a los círculos intelectuales y artísticos hasta que, al año siguiente, volvió a Nueva York, para arrancar a plenitud su vida profesional como modelo, actriz de teatro y cine, y fotógrafa.
Lee alternó dichas facetas por más de una década, lo mismo participando en teatro y cine que modelando para importantes firmas, o publicando sus fotografías en revistas como Vogue y manejando su propio estudio. Pudo además mostrar su trabajo fotográfico en importantes exposiciones, como Surrealism Today (1940) y Britain in War (1941), en Inglaterra y en el MoMA neoyorquino, respectivamente. Luego de esta última, Lee dio el paso para intentar acreditarse, en 1942, ante las fuerzas armadas estadounidenses como corresponsal de guerra.
En 1944 Miller pudo finalmente ser corresponsal oficial y acompañar a las tropas de su país en algunas misiones, convirtiéndose en una de las pocas mujeres fotoperiodistas presentes en la conflagración, colaborando además con el reconocido fotógrafo de la revista Life, David E. Scherman. “El Día D, el asedio de Saint-Malo, la liberación de París, los combates en Luxemburgo y Alsacia, el enfrentamiento ruso-estadounidense en Torgau y la liberación de los campos de concentración de Buchenwald y Dachau”, fueron algunos de los hechos que la ya para entonces afamada artista logró documentar, al igual que su alojamiento en “las casas de Hitler y Eva Braun en Múnich, y fotografió la casa de Hitler, Wachenfeld en Berchtesgaden, en llamas, en vísperas de la rendición de Alemania”.
Al término de la guerra, Lee transitó por Europa del Este, donde capturó “escenas desgarradoras de niños muriendo en Viena, la vida campesina en la devastada Hungría de posguerra y, finalmente, la ejecución del primer ministro húngaro László Bárdossy”, y más adelante volvió a su habitual cotidianidad al colaborar con Vogue y mantenerse en contacto con personajes del arte, hasta que, en la década de los cincuenta, decidió retirarse tras mudarse a la granja Fairleys, en la campiña de East Sussex, Reino Unido, en compañía de su esposo, el artista Roland Penrose, y su hijo. Aún en este particular retiro, siguieron años de creación incesante, pero ahora en el mundo de la gastronomía.
Lee Miller falleció en Fairleys en 1977, dejando un importante legado que hasta hoy no sólo destaca, sino que sigue exhibiéndose alrededor del mundo. Y aunque difícilmente una cinta cubrirá satisfactoriamente su larga trayectoria, la aquí recomendada sirve de referencia para conocer parte de ella.
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