“La última revolución”

La batalla de Icamole, Nuevo León
20 de mayo de 1876

Gerardo Díaz Flores

 

La inesperada muerte del presidente Benito Juárez en julio de 1872 se presentó en un contexto de diferentes levantamientos armados que se posicionaron en contra de su reelección (véase Relatos e Historias en México, núm. 134). Esa violencia se interrumpió cuando Sebastián Lerdo de Tejada asumió constitucionalmente la presidencia interina y convocó a elecciones en octubre de ese año.

Los participantes aceptaron el resultado del ejercicio electoral que dio como ganador al propio Lerdo de Tejada. Durante su periodo de gobierno de 1872 a 1876 se elevaron a rango constitucional las Leyes de Reforma, se incrementó la inversión económica extranjera y disminuyeron considerablemente las rebeliones regionales. Ese ambiente pacífico cambió al hacerse pública su intención de reelegirse. En enero de 1876 Porfirio Díaz lanzó el Plan de Tuxtepec, en el que indicó que “ningún ciudadano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución”. Fue secundado por diversos compañeros de armas de todo el país; de los más destacados fueron los generales Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo en Nuevo León.

Muy optimista respecto a las condiciones de la revolución en el noreste del país, Díaz se trasladó a aquella región en marzo de 1876 para encabezar la campaña militar que diera un golpe definitivo a la presidencia de Lerdo de Tejada. El 20 de mayo de 1876, en una cima llamada El Indio, cerca de la población de Icamole (actual municipio de García, en Nuevo León), las fuerzas rebeldes de Naranjo atrajeron al punto indicado al ejército federal liderado por los generales Carlos Fuero y Julián Quiroga. En primera instancia, los federales se vieron sorprendidos y la avanzadilla de Quiroga en el flanco izquierdo quedó atrapada por el enemigo y al borde de la derrota.

De forma desesperada, Fuero reunió en el centro a su artillería e infantería y logró que la confiada caballería enemiga se precipitara sobre él. Los cañones frenaron en seco a los más de 600 jinetes, quienes cayeron en un caos que se generalizó entre el resto de los rebeldes, que perdieron la ventaja obtenida y huyeron.

Para conocer más de esta historia, adquiere nuestro número 190 de agosto de 2024, impreso o digital, disponible en la tienda virtual, donde también puedes suscribirte.