Gimnasta de élite

Sawao Kato en las olimpiadas de México 68

Gerardo Díaz Flores

En el deporte sucede que no siempre son los enfrentamientos de las mismas escuelas, los mismos países o los mismos protagonistas los que definen cómo practicar mejor algún ejercicio. La gimnasia en cierto momento no tenía tantos protagonistas como ahora y si bien ciertos países continúan con una escuela reconocida en esta disciplina, otros los han igualado y también algunos han decaído en comparación con su avasallante paso de antaño.

La segunda mitad del siglo pasado, por ejemplo, impresionó por los descomunales enfrentamientos entre la escuela japonesa y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En ese contexto México vio nacer a una de las estrellas de la gimnasia más grandes de todos los tiempos: Sawao Kato.

Nuestro personaje nació en 1946 en un Japón sumamente agotado tras la Segunda Guerra Mundial y que intentaba reconstruirse y resurgir bajo un concepto diferente al bélico. La cultura deportiva se prestó muy bien para esto y jóvenes como Sawao emplearon su tiempo en entrenar vigorosamente. Por ello desde los juegos olímpicos de Melbourne 1956 nombres del país asiático llegaban poco a poco a los podios y para 1968, en las olimpiadas mexicanas, ya se sabía que los japoneses eran de los pocos que podían enfrentarse a los soviéticos, a pesar de contar entre sus filas a debutantes como Kato.

Sawao tenía la presión de defender la medalla de oro ganada por Japón cuatro años antes en la prueba general. Y no sólo cumplió esto con actuaciones fenomenales, sino que además lideró el oro en la competencia por equipos, obtuvo otra dorada en la prueba individual de ejercicios de piso y un sufrido bronce en los ejercicios con anillos: ¡cuatro preseas en sus primeros juegos olímpicos!

Demostró su calidad como gimnasta completo al competir en todas las categorías en las que participó con ejecuciones asombrosamente limpias. El único defecto mostrado por Sawao en México fue que los espectadores no pudieron verlo en plenitud en el ejercicio que más disfrutó y que años después le brindaría prestigio mundial más allá de sus otros éxitos: las barras paralelas.

Con todo, su actuación fue destacada y podemos presumir que nuestro país cobijó a uno de los máximos premiados en la gimnasia olímpica. Sawao Kato se retiraría luego de participar en las olimpiadas de Montreal 1976 con un total de ocho medallas de oro, tres de plata y una de bronce.

 

“Gimnasta de élite” del autor Gerardo Díaz Flores y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 77.

 

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