Col,. Juárez, Del. Cuauhtémoc, Cd. de México, C.P. 06600
Militar de esos que hacen carrera en los campos de batalla, Donato Guerra nació en Teocuitatlán, Jalisco, el 22 de octubre de 1832. Según el historiador Francisco Sosa (1848-1925), “cuantos lo conocieron y cuantos con él guerrearon, afirman que era intrépido en los combates, prudente y hábil a la hora del consejo, leal como el mejor, desinteresado como ninguno y honrado sin mancha”.
Poco se sabe de su vida hasta antes de 1864, año en que recibió el grado de capitán bajo las órdenes del general republicano Ramón Corona, en la campaña en Sinaloa contra la invasión francesa. En ese periodo se distinguió en varios combates y alcanzó el grado de coronel. Luego, a principios de 1867, se unió al Ejército de Oriente comandado por el general Porfirio Díaz.
Años después se uniría a las rebeliones encabezadas por Díaz: la de la Noria (1871), contra la reelección presidencial de Benito Juárez, y la de Tuxtepec (1876), contra la de Sebastián Lerdo de Tejada. Al estallar la primera, Guerra tenía tropas y armas del gobierno bajo su mando, las cuales regresó íntegramente antes de pedir su baja del ejército; ya como particular y sin su honor comprometido, se unió a la asonada.
La segunda llevó al poder a Porfirio Díaz, aunque en ella murió Guerra, quien cayó en combate el 19 de septiembre de 1876, mientras se enfrentaba a las tropas lerdistas, en un rancho en las cercanías de la ciudad de Chihuahua. Más tarde, el presidente Díaz ordenó que sus restos fueran trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres, en la Ciudad de México, y lo ascendió, de manera póstuma, a general de división.
Donato Guerra nunca mandó grandes cuerpos de ejército, ni figuró en la plana mayor de la política nacional; sin embargo, dos de los militares más influyentes de su tiempo tuvieron, al inicio de sus carreras, la suerte de servir bajo sus órdenes: Bernardo Reyes y Victoriano Huerta. El primero fue su ayudante de campo cuando combatía las rebeliones que enfrentaba el gobierno del presidente Juárez, durante la República restaurada. En el curso de estos acontecimientos, Guerra le otorgó a Reyes el comando de un batallón. A partir de entonces, el ascenso de este último en la carrera de las armas fue significativo.
Por su parte, Huerta se encontró con él en 1869, cuando las tropas de Guerra pasaron por Jalisco mientras estaban en campaña contra una partida de rebeldes. Entonces Donato necesitaba un secretario particular, puesto para el que se ofreció un joven Victoriano. Más tarde, Huerta ingresaría al Colegio Militar, en la Ciudad de México, de donde salió para ascender uno a uno todos los grados del escalafón militar, hasta llegar a ser general de división; incluso –más allá del método utilizado para lograrlo–, don Victoriano lograría ser presidente de la República y comandante en jefe del ejército federal.
“Donato Guerra” del autor Luis Arturo Salmerón y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 92.