En el estado de Quintana Roo se encuentra la segunda barrera arrecifal más grande del mundo que en 1996 fue nombrada reserva de la biósfera. Este paradisiaco lugar es un banco con tres islotes donde se lleva a cabo la investigación a sitios de naufragio, una tarea ya de varios años que busca, además de conocer la historia de la navegación, el cuidado de este Patrimonio Cultural Subacuático.