Jesús Urueta dirigió el periódico maderista Nueva Era desde mayo de 1912 –cuando se convirtió en órgano oficial del Partido Constitucional Progresista– hasta octubre de ese año. Durante su gestión, se convocó a los lectores de ese diario a cooperar –con no más de un peso por persona– para ofrecer un homenaje a Victoriano Huerta por su labor en la campaña contra los rebeldes liderados por Pascual Orozco en el norte de México, “por la pericia y la lealtad, sus talentos militares y su patriotismo [...], su servicio a la legalidad del gobierno constituido y autonomía de la nación, y en caso de que sea ascendido a General Divisionario se le hará entrega de una banda y una espada”. La colecta nacional comenzó el 25 de mayo con la donación de 25 pesos de parte del director y los redactores del periódico y concluyó por ahí de febrero de 1913 –días antes de que saliera el último número de Nueva Era–, con un monto total de 1 250.08 pesos. Por supuesto, tras el golpe de Estado contra el gobierno de Francisco I. Madero, a Huerta nunca se le dio la banda, ni la espada, ni el homenaje prometidos por el diario.
Esta publicación es un fragmento del artículo “El hombre del verbo divino” del autor Ricardo Cruz García y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 92.