La leyenda del “auténtico” Francisco Villa

El bandolero que asoló Zacatecas, Durango y Coahuila

Reidezel Mendoza Soriano

 

Quien inspiró al forajido José Doroteo Arango y de quien tomó su nombre, dejó un vago rastro en la historia de México, a pesar de haber sido un legendario bandolero que merodeó por los caminos y veredas de los estados de Zacatecas, Durango y Coahuila a fines del siglo XIX.

La leyenda de Francisco Villa, al igual que la de otros bandidos de la época, sostiene que fue hijo natural de un cacique, y que se dedicaba a sembrar su propia parcela. También se cuenta que fue un vaquero y domador de caballos. Pero todo cambió cuando su hermana fue secuestrada y violada por un hacendado; en venganza, Villa asesinó al agresor y se vio forzado a huir a la sierra debido a la intensa persecución de la Acordada de Zacatecas en su contra. Años más tarde, Doroteo Arango contaría una historia muy parecida para justificar su pasado criminal.

En la década de 1880, para los gobiernos de Durango y Zacatecas, Villa se convirtió en una grave amenaza pública debido a su audacia y sangre fría. Los asaltos y las fugas espectaculares protagonizadas por el forajido despertaron la admiración del pueblo, que llegó a atribuirle “poderes sobrenaturales”. Para los campesinos, Villa no era un simple bandido, sino un auténtico “héroe”. Según Saturnino Villanueva (en el artículo “Genealogía de Doroteo Arango Arámbula”, de 1961), las incursiones de Villa culminaron en 1884, cuando su banda fue dispersada por las fuerzas policiacas. El bandido habría encontrado refugio en el hogar de Agustín Arango –probablemente uno de sus cómplices– en La Coyotada, Durango, donde el general villista Nicolás Fernández asegura que el hijo de don Agustín, José Doroteo, lo conoció por primera vez.

La primera versión de su muerte es de 1888, cuando el forajido habría sido abatido en un tiroteo con fuerzas estatales. Algunos afirman que esto sucedió en la cuesta del Farfán, cerca de Nombre de Dios, Durango. Otros sostienen que ocurrió en un lugar remoto llamado Las Palmas, entre las localidades de Nieves y Río Grande, Zacatecas. Pero José Doroteo Arango tendría diez años.

¿Quién era Francisco Villa?
En los archivos locales de Durango y Zacatecas hay evidencia de los atracos cometidos por uno o varios individuos llamados Francisco Villa, un nombre bastante común en el norte del país. En febrero de 1883, un juzgado de Durango emitió una orden de aprehensión contra Francisco Villa por homicidio y fuga. Fue capturado, pero escapó dos días después. En Mezquital, Durango, Francisco Villa Salas fue detenido y acusado de estafa y robo en 1884. En 1894, después de ser indultado, Francisco Villa fue liberado de la cárcel pública de la ciudad de Durango. En 1898, otro hombre con el mismo nombre fue arrestado por lesiones. Cuatro años más tarde, un gendarme homónimo fue aprehendido también por robo. 

Recientemente se descubrió la verdadera identidad del bandolero Villa gracias a los datos que proporciona el acta de defunción de uno de sus cómplices, Severo Contreras, quien también era su cuñado. Este hallazgo condujo a otras pistas que permitieron conocer su primer círculo familiar: el bandido era hijo de Juan José Villa Domínguez y Valentina Hernández Cardiel, residía en Juanes (hoy Francisco I. Madero), municipio de Sombrerete, Zacatecas, declaró ser de oficio jornalero. Se sabe que se casó a los veintiún años, en 1873, con Andrea Contreras, quien era cinco años menor que él, y con quien procreó dos hijos: José, nacido en 1875 en la hacienda de Santa Catarina, y Petra de Jesús, nacida en 1878 en Milpillas. La niña murió al año siguiente, y su esposa de tifo, en 1894.

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