A inicios de la década de 1850, en los periódicos californianos se utilizaba el nombre Joaquín para referirse a unos bandidos mexicanos que operaban en la región… la banda de los Joaquines.
Resulta entonces que el Joaquín Murrieta que, adaptado y transformado, ha llegado a nuestros días tuvo su origen en el libro de John Ridge, que en su primera edición se anunció como “estrictamente verdadero”, según lo documentó Luis Leal, quien realizó un exhaustivo estudio sobre dicha obra, en el que rastrea también los relatos y noticias de la prensa en los que se basó el escritor para crear su propia historia.
Gracias a ello podemos saber que, a inicios de la década de 1850, en los periódicos californianos se utilizaba el nombre Joaquín para referirse a unos bandidos mexicanos que operaban en la región. No se mencionaban sus apellidos, pero corría el rumor de que uno de ellos se llamaba Joaquín. Por ejemplo, en el condado de Calaveras se hablaba de una banda de ladrones liderada por un forajido que respondía a tal nombre y se le vinculaba con el asesinato de cuatro estadounidenses.
Se llegó al grado de que Joaquín se usaba como sinónimo de bandido mexicano, lo cual provocó que en la prensa se hablara de múltiples delitos y crímenes cometidos por el famoso hombre, a quien hacían aparecer en distintos lugares al mismo tiempo: en Los Ángeles robaba caballos; en el valle de San Joaquín sembraba el terror; en San Andreas robaba y mataba a mineros chinos y a estadounidenses; en Stockton se le acusaba de varias muertes; cerca de Big Bar atacaba un campamento chino, robaba y asesinaba… La lógica llevó a pensar que se trataba no de uno, sino de varios forajidos con el mismo nombre: la banda de los Joaquines.
Sin embargo, para 1853 también ya se mencionaba a un “Murietta” como el líder de dicha banda, aparte de que en los documentos oficiales que ordenaban su captura de igual manera ya se identificaban los apellidos de los otros Joaquines: Ocomorenia, Valenzuela, Botellier y Carrillo. Al final, las noticias, las autoridades y el propio Ridge coincidieron en que el bandolero más buscado de California se llamaba Joaquín Murrieta.
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Ricardo Cruz García. Egresado de la maestría en Historia por la UNAM, es profesor de la FES Acatlán de la misma institución. Se ha especializado en el estudio de la prensa mexicana y dedicado a la divulgación de la historia. Editor y colaborador en diversas publicaciones impresas y electrónicas, es autor de Nueva Era y la prensa en el maderismo (UNAM-IIH, 2013).
Joaquín Murrieta