Reseña del libro Escultor Michele Giacomino (1862-1938). Monterrey: la cima de un artista. Autor: Enrique Tovar Esquivel. Monterrey, UANL, 2018, 482 p.
La ilusión por el arte que abrazó el potentino Michele Giacomino comenzó siendo un niño, mientras miraba a su padre partir la piedra con el martillo y el cincel. Ahí aprendió el oficio, entre las colinas de los Apeninos del pueblo de Potenza, Italia, durante la segunda mitad del siglo XIX. El niño era talentoso y eso lo llevó a estudiar en la Real Academia de Bellas Artes en Nápoles.
Su actividad lo condujo por tierras sudamericanas. Un conflicto bélico lo haría regresar a Italia por breve tiempo, pues América atrajo tanto su interés que apenas pasó un año y regresó, esta vez a Estados Unidos. De ahí partiría a Cuba y luego a México, entrando por Yucatán, donde todavía se conservan algunas de sus obras en plazas y jardines.
Su espíritu lo llevó a recorrer Ciudad de México, San Antonio, Texas, y finalmente Monterrey, lugar en el que radicó de manera definitiva, casándose con una regiomontana y desarrollando su arte hasta el final de sus días.
El recorrido por la vida de este italiano es también el de una parte de la historia de México, principalmente de Monterrey, sitio en el que se convirtió en uno de los mejores escultores que tuvo la ciudad en el primer tercio del siglo XX, dejando una impronta y dando a conocer su espíritu humanista, que estuvo por encima del artístico.
Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #143 impresa o digital:
Recomendaciones del editor:
Si desea leer más reseñas de libros sobre Historia de México, dé clic en nuestra sección Libros.
Si desea leer más sobre la vida y obra de historiadores, dé clic en nuestra sección Academia Mexicana de la Historia.
Un gran artista italiano en Monterrey