El 17 de diciembre de 1857 desconoció la Constitución proclamada en febrero de ese mismo año mediante el pronunciamiento conservador del Plan de Tacubaya al que Comonfort se une en un autogolpe de Estado.
El cuartelazo del 17 de diciembre de 1857 acabó con el proceso de reformas que el presidente Ignacio Comonfort había auspiciado y por el cual durante dos años enfrentó críticas y divisiones entre los liberales, protestas del clero y alzamientos militares de los conservadores. La Constitución jurada en febrero de ese año, se convirtió en la manzana de la discordia y el mismo presidente pensó, aquel diciembre, si en verdad la Carta Magna no era un estorbo para mantener la paz. Se adhirió al Plan de Tacubaya, en cuya conspiración habían participado Manuel Payno, Juan José Baz y el general Félix Zuloaga, para desconocer la Constitución que había jurado y que a la vez legitimaba su cargo.
En plena crisis política, Comonfort creyó que con esa adhesión obtendría la fuerza y el tiempo para evitar la guerra y abrir un proceso de conciliación de la libertad y la religión. Pero no era posible, porque si el mismo Plan ofrecía un referéndum para elaborar nuevas leyes, también abría la amenaza de la guerra a quien no lo suscribiera. En efecto, el desacuerdo de varios gobernadores abrió la conflagración en enero, representada con dos gobiernos paralelos: el de Félix Zuloaga y el de Benito Juárez.
Esta publicación sólo es un fragmento del artículo "Ignacio Comonfort" del autor Alejandro Rosas, que se publicó en Relatos e Historias en México, número 33. Cómprala aquí.