Panteón de San Fernando

Gerardo Díaz

Un espacio difícil de imaginar como museo es un panteón. A unos pasos de la Alameda Central de Ciudad de México se encuentra el panteón de la iglesia de San Fernando. Este sitio alberga a importantes figuras de la historia mexicana.

 

Un espacio difícil de imaginar como museo es un panteón, lugar que, independientemente de la religión que se adopte, es interpretado como un recinto de descanso para los restos de las personas y, por ende, digno de respeto.

A unos pasos de la Alameda Central de Ciudad de México se encuentra el panteón de la iglesia de San Fernando. Este sitio alberga a importantes figuras de la historia mexicana. El más destacado de ellos es sin duda Benito Juárez. Junto a él, tumbas y mausoleos de virreyes, militares y artistas pasan desapercibidos debido a las vialidades aledañas y por la búsqueda prioritaria de la estación Hidalgo del metro, que está a unos cuantos pasos.

Este recinto llegó a ser la última morada más importante de México y una de las más caras y exclusivas. Ha sido refugio de las tumbas originales de otros constructores de la patria como Vicente Guerrero e Ignacio Zaragoza, quienes posteriormente fueron exhumados y trasladados a recintos distintos. La tumba del general conservador Miguel Miramón también se encuentra ahí, aunque vacía, pues al morir don Benito la viuda de Miguel, Concepción Lombardo, decidió que su esposo no podría descansar junto a su eterno enemigo y lo trasladó a Puebla.

Dada su importancia histórica, el panteón fue declarado monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y con el paso de los años fue reconocido como un sitio que merece la pena ser visitado, entre otras cosas, para concientizarnos de lo efímero que es el ser humano.

 

Este artículo se publicó en Relatos e Historias en Mexico número 137:

“Masacre de chinos. Racismo en Torreón, 1911”. Versión impresa.

“Masacre de chinos. Racismo en Torreón, 1911”. Versión digital.