En 1881, durante la presidencia del general Manuel González, el destacado caricaturista Santiago Hernández criticaba que la Cámara de Diputados se convirtiera en una sala de quietud donde los legisladores eran expertos en levantar dedos, prestos a cumplir las expectativas del mandatario.

En este cartón se representa a un grupo de intelectuales, otrora combatientes, que Hernández hace aparecer echando la siesta en sus curules, entre ellos próceres de la patria o grandes personajes de la literatura mexicana como Vicente Riva Palacio (abajo, a la izquierda, de espaldas), Juan A. Mateos (abajo, segundo de izq. a der.) y Guillermo Prieto (abajo, al centro).