Quizá la leyenda patriótica más recordada sea la que relata el momento en que el joven cadete Juan Escutia decide arrojarse al vacío envuelto en la bandera, antes que permitir que los invasores estadounidenses la mancillaran durante la desesperada y heroica defensa del Castillo de Chapultepec, el 13 de septiembre de 1847.
Este mito abreva de un acontecimiento previo: el 8 de septiembre, en la sangrienta batalla de Molino del Rey, el capitán de artillería Margarito Zuazo, miembro del Batallón Mina, vio caer a sus jefes, el general Antonio de León y el coronel Lucas Balderas, así como a la mayoría de los oficiales. Entonces, se quitó la chaqueta y la camisa, y se enredó en la bandera de su batallón, con la intención de salvarla de las garras del enemigo. Con ella oculta, regresó al combate y así murió. Dicho pabellón es resguardado actualmente en el Museo Nacional de Historia.
La Postal: "Ataque al Castillo de Chapultepec" se publicó en Relatos e Historias en México número 126. Cómprala aquí.