La Casa de Moneda de México

El hogar de la moneda mexicana
Gerardo Díaz

 

La Casa de Moneda de México es la responsable de que todos podamos gritar águila o sol cada vez que lanzamos una moneda, así como de los cotizados metálicos conmemorativos. Es, en pocas palabras, la única que acuña las monedas de curso legal en nuestro país.

 

Sus antecedentes datan desde 1535. En aquella época, los reales de plata que salían de sus hornos fueron la moneda típica de canje en territorios más allá de los dominios españoles. La acuñación fue en principio artesanal, hecha a punta de martillo y cincel. Posteriormente fue sometida a rigurosas revisiones por parte de los grandes maestros del tallado, hasta la llegada de pesadas máquinas que facilitaron la elaboración de más unidades en menos tiempo.

 

Tras la independencia (1821) y los posteriores problemas políticos, las monedas fueron hechas por diversos particulares hasta que, establecido Porfirio Díaz como presidente, el gobierno federal volvió a ser lo suficientemente fuerte para retomar la acuñación en diferentes centros autorizados. La Revolución mexicana volvió a traer descontrol sobre las monedas y billetes, sobre todo entre los ejércitos en pugna, hasta el triunfo del constitucionalismo. En el siglo XX, las necesidades llevaron a elaborar monedas en diversas edificaciones en el país, hasta que en 1983 se crearon las modernas instalaciones de la Casa de Moneda en las afueras de la ciudad de San Luis Potosí.

 

 

La breve "El Hogar de la Moneda Mexicana" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México número 129. Cómprala aquí