Durante la época colonial era común el uso de papel sellado para pagar derechos. Cada hoja tenía un sello que marcaba a cuánto ascendía el uso de papel oficial para cualquier transacción, y se tasaba en reales o cuartillas (moneda de un cuarto de real).
El uso de estampillas o timbres se usó en Inglaterra y en 1840 se extendió al servicio postal, que en México empezó en 1856. Con el gobierno de Maximiliano, en 1863, se emitieron estampillas fiscales mexicanas para pago de impuestos, que circularon junto al papel sellado con el escudo de armas imperial por un valor de uno, uno y medio, tres y diez centavos, y hasta un peso.
El impuesto del timbre surgió con la reorganización hacendaria del gobierno de Benito Juárez, realizada por Matías Romero entre 1868 y 1872. Adquirió tal importancia que con este se cobraron impuestos a la fabricación y embotellado de bebidas alcohólicas, apuestas, rifas, transporte y envíos, actividades profesionales, preparación de tabaco y cigarrillos. En 1881 se extendió el uso del timbre para documentos, objetos, productos, manufacturas y mercancías nacionales y extranjeras que no estuvieran gravadas, siempre y cuando no excediese el 2% de su valor.
A partir de 1895, la exportación de metales preciosos se gravó con tres centavos por cada cinco pesos de los metales exportados. Al final del Porfiriato, el impuesto al timbre había logrado superar los impuestos al comercio exterior.
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Carlos Marichal Salinas. Doctor en Historia por la Universidad de Harvard. Es profesor-investigador emérito de El Colegio de México. Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2012. Miembro del SNI, es el primer mexicano en ser nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Historia Económica (2000-2010). Se ha especializado en historia económica e historia intelectual de México y América Latina. Entre sus obras destacan: Historia mínima de la deuda externa de Latinoamérica, 1820-2010 (2014), Nueva historia de las grandes crisis financieras. Una perspectiva global, 1873-2008 (2010), La bancarrota del Virreinato. La Nueva España y las finanzas del imperio español, 1780-1810 (1999), entre otras.
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