El famoso Rayo de Sinaloa, Heraclio Bernal

Legendarios y rebeldes bandidos

Heraclio Bernal es otro caso cuya vida fue ahogada por el mito y los corridos, ampliamente difundidos en la trilogía de películas protagonizadas por Antonio Aguilar en los años cincuenta del siglo XX.

 

El bandolero nacido en 1855 se unió a las fuerzas que luchaban contra Porfirio Díaz en 1885, en apoyo a las tropas que comandaba el general Trinidad García de la Cadena, cuyo historial es el de los liberales que combatieron contra la invasión estadounidense; contra la dictadura de Santa Anna, por la Constitución del 57 en la Guerra de Reforma y contra la invasión francesa. En 1867, apenas inaugurada la República Restaurada, se alzó contra las imposiciones de Benito Juárez y su reelección, y de nuevo en 1871, ahora en apoyo al Plan de la Noria que postulaba Porfirio Díaz.

En 1885 García de la Cadena se opone al gobierno de Díaz porque, dice, lo ha traicionado; es arrestado y asesinado en el 86. Pero ya había contado con el apoyo del Rayo de Sinaloa y su Plan de la Rastra: “Heraclio Bernal, comandante de las fuerzas proclamadoras de las garantías constitucionales, a los habitantes hago saber: Que el gobierno actual no es obra de los pueblos, ni respeta las garantías que todo hombre debe disfrutar, con arreglo al pacto federal de la República, porque es bien sabido que los actuales gobernantes se han impuesto por sí mismos, y porque también no hay moralidad ni justicia, ni protección para los ciudadanos, pues cuando se adueñan del poder solo se ocupan de enriquecerse y de exterminar a los demás, al grado que nadie tiene segura la vida ni los intereses, viendo además que se protege a los extranjeros con perjuicio de los mexicanos; que por tanto es indispensable tomar las armas para quitar los malos gobernantes y hacer que impere la Constitución”.

Tras la muerte de García de la Cadena, Heraclio ya es reconocido como líder popular y emite el Plan de Conitaca (1887) para el restablecimiento constitucional, aunque continúa los asaltos a diligencias. Es buscado y perseguido en la sierra por la famosa Acordada de Canatlán, el cuerpo de Rurales comandado por Octaviano Meraz, habiconocido por aplicar la ley fuga a los capturados.

Heraclio murió en enero de 1888, e Ignacio Parra fue asesinado por Meraz en noviembre del mismo año. La región entre Sinaloa y Durango, especialmente del lado de esta última entidad, era altamente explosiva en cuanto a la lucha de los pueblos cuyas tierras habían sido despojadas por latifundistas. De esa larga lucha emergerán líderes políticos como Calixto Contreras, a quien veremos armado al lado de Pancho Villa en 1910.

 

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