Arte y cultura de la comunidad húngara en México

Ricardo Cruz García

La comunidad húngara ha destacado en diversas actividades artísticas. El reconocido Cuarteto Léner, fundado en Budapest, hizo una gira por nuestro país en la década de 1940 e integró a sus filas al violinista mexicano Higinio Ruvalcaba.

 

Los vitrales

Por supuesto, dentro de esta presencia tienen mención especial los vitrales del templo del Sagrado Corazón de Jesús, que fueron elaborados gracias a la donación de la comunidad católica húngara en México y los cuales representan a santos que son fundamentales en la historia medieval de esa nación, como Esteban I –el primer rey de Hungría– y su hijo el príncipe Emerico, Ladislao I –también cabeza del reino– y su hija la princesa Piroska o Irene (su nombre cristiano), y la princesa Margarita, además de San Martín Caballero.

Si bien dicha iglesia fue construida en la primera década del siglo XX, en un estilo neogótico y bajo la directriz del arquitecto José Hilario Elguero (quien también participó en la construcción de la parroquia de María Auxiliadora, en la actual colonia Anáhuac de Ciudad de México), su torre y vitrales fueron colocados años después. Lo cierto es que, con el paso del tiempo, los húngaros católicos hicieron suyo ese recinto y lo utilizaron como espacio de congregación de su comunidad.

En septiembre de 2017, el templo resultó afectado por el sismo. Debido a ello, en 2020 el gobierno de Hungría firmó un convenio con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, y su fundación, para ofrecer un apoyo financiero para la restauración del recinto, lo que incluye sus preciados vitrales.

Cabe decir que en los setenta, otro artista de origen húngaro también intervino un templo católico. Se trató de la parroquia del Señor de la Resurrección, en la colonia Bosques de las Lomas de la capital del país. Allí, Victor Vasarely, un maestro del arte óptico, creó un colorido vitral geométrico de 325 metros cuadrados, al que tituló Homenaje a México; además, diseñó el altar de estilo modernista.

Como se puede ver, la presencia de Hungría en México, aunque poco conocida, ha sido valiosa y constante. Aunque muchos de los que llegaron tuvieron que iniciar una nueva vida aquí llena de limitaciones, poco a poco fueron progresando y sus descendientes hoy son mexicanos que no dejan de lado sus raíces. Y para fortuna de ellos, en este país pudieron encontrar las condiciones para emprender un camino mejor, como se muestra en este informe de la colonia húngara de la década de 1930, rescatado por Szente-Varga:

“La gran mayoría [de los húngaros en México] tienen asegurada la existencia: hay muchos comerciantes independientes y restauranteros. Algunos tienen pequeñas fábricas y representaciones comerciales; hay médicos, ingenieros, artesanos, camareros, músicos y hasta un director de cine. Hay algunos desempleados, pero comparativamente es más la gente con dinero, así que los húngaros de aquí en lo general no pueden quejarse.”

 

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La presencia húngara en México