La mayor parte de la obra de Lowry fue publicada póstumamente. En sus 48 años de vida, solo dio a la imprenta dos novelas: Ultramarina (1933) y Bajo el volcán (1947).
Un gélido viento, propio de la época invernal, se cuela por los rústicos y acochambrados muros de las celdas de la cárcel de la ciudad de Oaxaca. Corre el año de 1938. Es la víspera de Navidad y el escritor inglés Malcolm Lowry se encuentra ahí recluido. No es la primera vez ni será la última que pise la cárcel en México. Aunque la acusación será siempre la misma: hallarse continua y “perfectamente borracho” por las calles.
Años más tarde, en 1946, será de nuevo detenido, ahora en Cuernavaca, Morelos. En esta ocasión, con un agravante: lo intentarán extorsionar. No obstante, Lowry no logrará comprender a qué se refieren los policías con la llamada “mordida”, por lo que termina torturado y deportado a Estados Unidos. De esta experiencia extraería el tema de una novela que llevará por título La mordida y que se publicará de manera póstuma en 1996.
Mas en 1938 Lowry no cree que su estado de embriaguez sea razón suficiente para explicar las detenciones de que ha sido objeto. Sospecha que lo espían, “por expresar, con moderación –apunta él mismo–, una opinión liberal”, y que lo consideran comunista, lo cual es grave en un México de efervescencia política e ideológica, donde las recientes reformas del presidente Lázaro Cárdenas causan conmoción y polarización.
Hay que decir que no todo es paranoia. Los abogados de su padre, un acaudalado empresario inglés, contrataron detectives para que lo siguieran en México. Esto porque su progenitor temía por el alcoholismo de su hijo. Por otra parte, Malcolm es blanco e inglés, y para ese momento Gran Bretaña estaba en conflicto con México a causa de la expropiación petrolera que afectó los intereses de varias empresas de aquel país. Una cosa más: solía andar sin “papeles”, pues decidió encargar sus documentos, por precaución, con un amigo suyo en Ciudad de México.
Lowry llegó a México en 1936. Abordó un buque en San Diego, Estados Unidos, que lo llevó al puerto de Acapulco. De ahí se trasladó a Cuernavaca, donde comenzará a escribir su célebre novela Bajo el volcán. Lo acompaña su esposa, la actriz norteamericana Jan Gabrial. En Cuernavaca descubrirá las cantinas, el mezcal, y en sus viajes por Oaxaca apreciará los paisajes montañosos, las celebraciones, la mitología indígena, la historia de México y después algunos personajes que lo imantarán, como Hernán Cortés o Victoriano Huerta. A este último, en su novela, le erigirá una estatua ecuestre en la plaza principal de Cuernavaca y lo utilizará como metáfora del alcoholismo y la falta de compromiso con una causa, que en su caso será hacia su pareja (su esposa lo abandonará en 1937 y Lowry encontrará refugio en Oaxaca, donde “ahogará sus penas en mezcal”). También recorrió Tlaxcala, Puebla y Ciudad de México.
Bajo el volcán, que será publicada en 1947, comienza así: “Dos cadenas montañosas atraviesan la República, aproximadamente de norte a sur, formando entre sí valles y planicies. Ante uno de estos valles, dominado por dos volcanes, se extiende a dos mil metros sobre el nivel del mar, la ciudad de Quauhnáhuac”. Malcolm Lowry elegirá Cuernavaca –y preferirá el nombre indígena, que puede significar “junto a los árboles”– como el escenario principal de su novela, y “la hora del crepúsculo del Día de Muertos, de 1939” como el punto de arranque.
Quauhnáhuac será la geografía imaginada de su paso por México. Apunta la estudiosa Carmen Virgili: “La etapa mexicana [de Lowry], profundamente destructiva [debido en parte a su alcoholismo y a la desilusión amorosa], se convirtió así en la etapa más creativa de su vida”.
El artículo "Extranjeros perdidos en México: Malcolm Lowry" del autor Ricardo Lugo Viñas se publicó en Relatos e Historias en México, número 122. Cómprala aquí.