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Antonin Artaud: el místico surrealista
Artaud viajó a México para experimentar lo que él consideraba la naturaleza libertaria de los pueblos originarios.
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Santas travestidas y cambios de género
Las narraciones hagiográficas relatan que, para librarse de un matrimonio no elegido, Eufrosina se vistió de hombre y así profesó en un monasterio masculino bajo el nombre de Esmeraldo. Casi al final de su vida, confesó el secreto y, tras su muerte, los monjes veneraron sus reliquias, que comenzaron a realizar milagros.
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La tensa relación entre Javier Barros Sierra y Gustavo Díaz Ordaz
La anécdota aconteció en este contexto de transición presidencial. Resulta que, en cierta ocasión, Barros Sierra y Díaz Ordaz coincidieron en la puerta de entrada de un acto público, ambos en calidad de secretarios de Estado. Ordaz envidiaba y temía a Barros Sierra, en parte, debido a su prosapia intelectual (Javier era nieto de Justo Sierra y tenía a cuestas una sólida carrera profesional, política y universitaria). Entonces, Díaz Ordaz se detuvo, le cedió el paso a Barros Sierra y, en tono burlón de risita dentada, le dijo: “Primero los sabios”. Barros Sierra, mordaz y cáustico como era, le contestó: “No, pase usted, primero los resabios”.
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La momita ciega
En 1909 la crisis política en México aún no era tan visible, a pesar de que empezaron a moverse diversos candidatos para las elecciones del año siguiente.
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Justo Sierra. “Maestro de América”
Después de la revolución maderista y la caída del régimen de Díaz, Sierra regresó a su clase de historia en la Escuela Nacional Preparatoria. Más tarde, en reconocimiento a su trayectoria, el presidente Madero lo nombró ministro plenipotenciario de México en España.
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Justo Sierra ¿Porfirista y “científico”?
Sierra fue nombrado secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1905. El presidente Díaz lo dejó hacer su trabajo y lo apoyó a pesar de los conflictos que para entonces había en el seno del gobierno y entre el grupo de los “científicos”.