El Paraguas, fuente invertida ubicada en el patio central del Museo Nacional de Antropología (MNA), vuelve a lucir impecable tras cuatro meses de labor de conservación consistente en una limpieza profunda con la técnica alemana ice-blaster (se disparan pellets de hielo seco aplicados con presión controlada), que permitió eliminar en su totalidad la suciedad y sales acumuladas durante más de medio siglo.
La fuente, diseñada en 1964 por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, es considerada un hito de la ingeniería y la arquitectura mexicana, ya que está construida con una columna principal de concreto armado y una losa que se sostiene con 20 vigas radiales de acero y 80 tensores, los cuales forman la techumbre de cuatro mil 500 m2. El acabado de la cara inferior está realizado con perfiles de aluminio, formando el plafón, cuya altura en la parte central es de 12 m y 17 m en la parte distal. Este elemento es además una fuente invertida por la que corre una cortina de agua que circunda la columna.