La primera estampilla de correos en “Méjico”

Gerardo Díaz

Prácticamente inutilizadas por los jóvenes, pero todavía de uso extendido en el mundo, las estampillas postales salen a relucir actualmente solo cuando se hacen impresiones especiales o conmemorativas, no tanto por el uso que llevó a su creación.

 

Con el proyecto de reforma de su servicio postal, Reino Unido puso en circulación el 1 de mayo de 1840 la primera de estas impresiones. Se llamó penny black o penique negro y tenía la imagen de perfil de la reina Victoria impresa en tinta oscura. La intención era que el remitente pagara el envío desde el principio, eliminando el tradicional sistema de cobro al destinatario.

La colocación de la estampilla hacía notar a los empleados del servicio postal que el paquete enviado había sido pagado. Esto permitió concretar de manera más efectiva la entrega, evitando que el destinatario rechazara el paquete por no poder pagar. Al final, las cifras resultaron un éxito, pues se incrementó el envío de correos en el territorio británico, así como la recaudación monetaria por los mismos.

En México, una reforma similar fue elaborada por el presidente Ignacio Comonfort en febrero de 1856. Con ella se oficializó la impresión de una serie de cinco estampillas con la imagen de Miguel Hidalgo basada en un grabado de Vicente Villegas, director de la Imprenta del Gobierno. Los valores de las estampillas fueron de medio real, un real, dos reales, cuatro reales y ocho reales; se usaron diferentes colores para su mejor distinción.

Su venta comenzó el 1 de agosto de ese mismo año. Entre mayor distancia, tamaño o peso del envío, se requería una estampilla de mayor valor o incrementar el número de estas hasta cubrir el precio correspondiente. Había quien intentaba pegar pocas o los que pegaban demasiadas. De cualquier modo, la práctica fue disminuyendo al paso del siglo XX.

Actualmente solo los Talleres de Impresión de Estampillas y Valores de la Secretaría de Hacienda tienen permitida su impresión. Por otra parte, a lo largo del tiempo se han creado millones de diseños en todo el mundo, muchos de ellos muy valiosos para quienes son practicantes de la filatelia, la afición de coleccionar estampillas que, sin duda, hoy son parte del patrimonio cultural del mundo.

 

Si desea leer el artículo completo, adquiera nuestra edición #166 impresa o digital:

“Un buen motivo para la rebelión”. Versión impresa.

“Un buen motivo para la rebelión”. Versión digital.

 

Recomendaciones del editor:

Si desea conocer más historias de la vida cotidiana en México, dé clic en nuestra sección “Vida Cotidiana”.

 

Title Printed: 

La primera estampilla de correos en “Méjico”