La Flor más bella del ejido

Ramiro Cardona Boldó

Describir la belleza de las mujeres mexicanas remite, casi siempre, a rostros trasminados por la frescura de una piel sedosa, sólo comparable con la suavidad y hermosura de las flores. Flor-mujer, feminidad-tradición, se unen en el pasado prehispánico de México para dar origen a la fiesta más hermosa que sobrevive al paso del tiempo: “La Flor más bella del ejido”.

 

Desde tiempos inmemoriales, en la época en la que gobernó Tlahuicatl o Atlahuicatl, tercer señor de los Xochimilcas, se estableció el culto a la diosa Xochiquetzalli, diosa de las flores. En esos tiempos, se cuenta también, que la primera esposa de Tláloc fue Xochiquetzal, “la flor de pluma rica”, diosa de las flores y del “bien querer”, la que le fue robada por Texcatlipoca. Durante la Colonia el culto a estas deidades se modificó. En un proceso de hibridación y mestizaje, se originó el desfile de flores-mujer donde se mezclaron las celebraciones del Viernes de Dolores que, actualmente, se realizan en el paseo de la Viga, en el Pueblo de Santa Anita en Iztacalco. Al principio, asistían a estas festividades los representantes de la sociedad novohispana y, con el paso del tiempo, el festejo adquirió un carácter popular en el que se daban cita desde los personajes más acomodados de la época hasta la gente más humilde del pueblo.

Las fiestas se realizaban en los embarcaderos que desembocaban en la antigua Merced y en las calles de Santa Ifigenia y los del Puente del Carbón y de la Leña que conectaban a Tláhuac y Xochimilco. Estas festividades coincidían con la celebración del Viernes de Dolores, día en el que se instalaba el mercado para que los habitantes compraran sus provisiones para la siguiente semana en la que debían permanecer en recogimiento y oración. A esta fecha se le denominó “Viernes de las Amapolas”. Allí, se organizaban bailes populares, comidas, bebidas de sabores con pulque, concursos de chinas poblanas y trajes de charros.

En 1921, el periódico El Universal, convocó al concurso de belleza “La India Bonita”, para celebrar el centenario de la consumación de la Independencia, cuyo objetivo era enaltecer la belleza de la mujer indígena en México. María Bibiana Uribe es el nombre de la primera mujer indígena que fue galardonada con este reconocimiento. Entre los premios que recibió destaca un aderezo de esmeraldas. En 1936, a instancias del general Lázaro Cárdenas, se crea el concurso de belleza femenina “La Flor más bella del ejido”, dirigido a enaltecer la belleza mestiza que habita en la zona ejidal del Distrito Federal.

Desde 1955, se celebra en Xochimilco la fiesta de “La Flor más bella del ejido”. Si usted se encuentra en posibilidad de asistir a esta magnífica festividad, que tiene como propósito mantener viva la tradición prehispánica y exaltar la belleza de las mujeres mexicanas, no deje de visitar Xochimilco el Viernes de Dolores.

 

“La Flor más bella del ejido” del autor Ramiro Cardona Boldó y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 5.