Francisco I. Madero inicia la tercera etapa de su gira presidencial

24 de diciembre de 1909

Gerardo Díaz Flores

Durante 1908, Madero concibió la idea de crear una fuerza política capaz de derrotar al oficialismo porfirista. Con ello en mente, a finales de ese año redactó La sucesión presidencial en 1910, y consciente de que su texto debía ser respaldado por la acción, durante todo 1909 se abocó a la creación del Partido Nacional Antirreeleccionista.

En un descomunal esfuerzo para crear organizaciones regionales que lo respaldaran, Francisco realizó una serie de giras por territorios clave de la República. Acompañado por su compañera de vida, Sara Pérez, en junio de ese año se propuso visitar la zona que tal vez era la más desconocida para sus planes: la península de Yucatán.

Ahí recibió importantes lecciones, pues en Puerto Progreso y Mérida fue afectuosamente recibido por multitudes gracias a sus importantes operadores políticos, como José María Pino Suárez. Pero en Campeche, un desolador ambiente lo hizo dirigirse apenas a un puñado de personas.

Con esta experiencia, la logística y mensaje de sus viajes posteriores mejorarían con creces, centrándose en territorios del norte del país, donde su familia era ampliamente conocida. Don Porfirio y sus allegados comenzaron a preocuparse cuando los ciudadanos abarrotaron estaciones de ferrocarril, puertos, plazas públicas y otros lugares para escuchar a un Madero que atraía el voto de antiguos reyistas y magonistas.

El 15 de diciembre, el Centro Antirreeleccionista de México dio a conocer la invitación para designar delegados en la Convención Electoral de abril de 1910, que tendría por objetivo oficializar la candidatura a la presidencia. En vísperas de la Navidad, Madero consideró oportuno salir de su zona de influencia y partir desde la Ciudad de México hacia las principales poblaciones del Occidente.

La recepción multitudinaria en Guadalajara fue el punto de quiebre para el porfirismo. Las autoridades tuvieron la consigna de oponerse a la realización de mítines e incluso los dueños de importantes aforos, como el Teatro Degollado, se negaron a rentar sus sedes para cualquier acto proselitista. En Colima, Mazatlán, Culiacán, Hermosillo y Chihuahua se censuró de la misma forma, orillando al demócrata a presentarse en pintorescos escenarios, como el Circo Atayde.

Las órdenes de detención comenzaron a circular, aunque no contra Madero, sino contra sus operadores regionales. A pesar de todo, es inevitable su influencia y los centros antirreeleccionistas proliferan. El año de 1910 contemplará las turbias elecciones y el nacimiento de una revolución que quizá pudo ser evitada si se aceptaba la democracia.

Esta Memoria forma parte de nuestra edición 182, de diciembre de 2023. Adquiérala impresa o digital.