La moneda mexicana fue un factor determinante en el impulso del naciente capitalismo en el mercado mundial desde el siglo XVI, y su expansión y auge en el XVIII hicieron que la plata se convirtiera en sinónimo de dinero.
La existencia del dólar mexicano resulta para muchos un aspecto de nuestra historia prácticamente desconocido. Sin embargo, el dinero de plata acuñado en la Casa de Moneda de México a partir de 1535 y hasta el siglo XVIII —cuando Nueva España llegó a ser la principal productora mundial de ese metal— fue conocido como thaler, daler, spanischer taler, spanish dollar o mexican dollar.
En este territorio se produjeron grandes cantidades de moneda de muy buena ley y cuño impecable que llegaron por diferentes rutas a todos los confines del mundo, además de convertirse en modelo de la acuñación del dólar estadunidense a finales del siglo XIX.
El vínculo del dinero
Entre 1530 y 1540 la minería empezó a posicionarse como parte importante de la economía novohispana al descubrirse los primeros yacimientos de plata en Zacatecas y Guanajuato. Las exploraciones mineras en el Nuevo Mundo marcarían no sólo la incorporación de los territorios americanos a la economía de la Corona española y sus posesiones, sino que el incremento de la producción argentífera, que no tenía precedentes, desarrolló una estructura minera que articuló las regiones de Europa y América, convirtiéndolas en partes funcionales de una economía internacional que se extendía desde el Mediterráneo hasta el Atlántico y el Caribe, y por el llamado Pacífico mexicano hasta Filipinas, el mar del Sur de China e India.
Por medio de una multitud de vías directas e indirectas, ciudades mineras como Guanajuato, Zacatecas, el Potosí y Lima (estas últimas en el virreinato de Perú) se unían a ciudades lejanas como Manila (Filipinas), Cantón (China) y Calcuta (India) en las llamadas Indias Orientales. Asimismo, se unían por un “puente de plata” los grandes puertos y centros financieros de Europa. Los reales de a ocho, stucken van achten, pièces de huit réaux, pesos fuertes, piastras o piastres fortes, columnarias o spanish dollars, acuñados en las cecas (establecimientos oficiales donde se fabricaba moneda) de México y Potosí, empezaron a ser universalmente conocidos desde Cádiz (España) hasta Riga (hoy capital de Letonia), y desde las llamadas Trece Colonias (actualmente parte de la costa este de Estados Unidos) hasta Shanghái (China).
Esta publicación es un fragmento del artículo “El dólar mexicano” del autor Javier Torres Medina y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 89