El general Múgica había sido alejado de la política en el sexenio anterior al cardenista. Por sus choques primero con Álvaro Obregón, y luego con Plutarco Elías Calles, en 1929 fue enviado a dirigir el penal de las Islas Marías, de donde fue rescatado por Cárdenas para colaborar en la Secretaría de Guerra, y ya en el gobierno, designarlo como secretario de Economía en 1934.
En la política, Múgica era conocido por su participación revolucionaria: fue el indiscutido líder del grupo “radical” del Congreso que promulgó la Constitución de 1917; se sabía de su breve gestión en el gobierno de Michoacán, bajo firmes convicciones anticlericales, agraristas y obreristas (por lo que fue defenestrado y perseguido y, de hecho, casi ejecutado por el entonces presidente Obregón a principios de la década de 1920); en su juventud se acercó a las posiciones del magonismo y más tarde ejecutó osadas acciones como precursor del agrarismo, junto a Lucio Blanco, con el reparto de la hacienda Los Borregos en Tamaulipas, en 1913, y con tierras en Tabasco en 1916.
Para mediados de la década de 1930 Múgica ya había trascendido sus ideales originales, libertarios y jacobinos, para –sin afiliarse al Partido Comunista– convertirse en un simpatizante de las políticas del gobierno ruso de Lenin. Entonces, consideraba que la tarea principal de su participación gubernamental consistía en avanzar en la construcción de una “economía dirigida”, como fase intermedia hacia el socialismo en México, siguiendo el modelo de la “Nueva Política Económica” (mejor conocida como la NEP, por sus siglas en inglés) que Lenin decretó en 1922 y que luego sería abrogada por Stalin.
Para avanzar hacia dichos objetivos, proponía aprovechar todos los recursos y medios legales y políticos disponibles: precisaba que el gobierno cardenista ya contaba con las provisiones de los artículos 27 y 28 de la Constitución, junto con los lineamientos del Plan Sexenal de 1934, como fundamentos para tomar el control de las “palancas de mando” de una “economía dirigida”. Es decir, al igual que Lenin al iniciar la NEP, Múgica se había convencido de que, aunque fuera veladamente, “la sociedad del futuro se edifica con los tabiques de la sociedad actual” (Arnaldo Córdova, La nación y la Constitución: la lucha por la democracia en México, 1989).
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Impresa: Múgica, n. 182, diciembre de 2023.
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