Hace más de cien años vino al mundo una mujer que nos dijo, a través de la palabra y la música, cómo se resuelve ese último beso; nos habló del dolor de la separación, de aquella despedida cargada de pasión y del alma envilecida de los enamorados que descubren lo efímero del amor. Su nombre era Consuelo Velázquez, aunque su público prefería referirse a ella con un íntimo y cariñoso “Consuelito”; su canción: Bésame mucho.
Amor frágil
Por supuesto, también existen los que no han experimentado por primera vez el beso de la persona amada. Tal era el caso de Consuelito al componer el afamado bolero que la catapultaría a la fama internacional. La comenzó a escribir en 1938, cuando contaba con apenas veinte años de edad y estaba a punto de concluir su carrera de pianista concertista en el Conservatorio Nacional de Música, en la Ciudad de México. La propia Consuelo lo refiere: “Tenía que estudiar muchas horas al día, ya como descanso me ponía a improvisar una que otra melodía que al día siguiente no recordaba. Ni me interesaba recordarlas porque todavía no me iniciaba como compositora. Un buen día decidí procurar memorizar una de esas cositas que se me ocurrían como descanso mental. Y al día siguiente procuré recordar una que más tarde se llamó Bésame mucho. Digo más tarde porque hice la melodía, la memoricé y algunos años después le acomodé una cierta letra”. Publicaría la pieza tres años después, en plena Segunda Guerra Mundial. Existe una versión sobre que tenía en mente, al momento de componerla, a las parejas que el conflicto bélico separaba.
Pianista extraordinaria
Para ese entonces, Consuelito estaba animada más por el deseo de convertirse en una respetable pianista de música de concierto que por componer. Incluso se avergonzaba de mostrar sus “melodías” en el ambiente de la alta academia en el que se desenvolvía en aquel tiempo.
A finales de 1938, presentó su examen profesional en el Palacio de Bellas Artes. Interpretó La hilandera de Joseph Joachim Raff. Después participó en el curso de Perfeccionamiento de Obras que impartió el connotado pianista chileno Claudio Arrau (1908-1991), con la Sonata para piano número 23 de Beethoven, conocida como Apassionata.
Su interpretación le valió los elogios y el respeto de Arrau, quien escribiría –según lo refiere el investigador Pável Granados– en la partitura de dicha obra: “Para la señorita Consuelo Velázquez, en quien encuentro extraordinarias cualidades pianísticas”.
Su carrera en el ámbito de la música de concierto comenzaba a fluir bien. Ese mismo año, apenas graduada del Conservatorio, recibiría dos importantes ofrecimientos profesionales: incorporarse como solista a la Orquesta Sinfónica Nacional y la invitación a participar en el programa conducido por José Ángel Espinosa, Ferrusquilla, en la recién inaugurada estación radiofónica XEQ, para acompañar a la soprano Irma González. La vida le ofrecía aquellos dos senderos y Consuelito aprovechó ambos.
Sin embargo, pronto se decantaría por ejecutar sus propias canciones y por dedicarse a componer de manera más profesional, pese a ser autodidacta como compositora. Poco a poco se fue entregando de lleno a dicha actividad y abandonó el camino de la música de concierto, aunque en todas sus presentaciones era evidente su veta de concertista y el dominio absoluto que tenía del piano, así como su sensibilidad musical.
En el hit parade
En la XEQ conoció al que sería su marido: Mariano Rivera, director del sello discográfico RCA Victor, que se convertiría en uno de los hombres más poderosos de la industria discográfica mexicana y con quien procreó dos hijos.
En nuestro país cualquiera sabe que el bolero nacional más popular y sonado en el orbe es Bésame mucho. Pero si bien fue escrita entre 1938 y 1941, su popularidad inició en Estados Unidos, en un momento en el que la música mexicana era de las más importantes del mundo y se trasmitía por radio y televisión en ese país. En 1943 fue dada a conocer en Nueva York y en 1944 clasificada como un éxito de ventas, sobre todo por la interpretación de Jimmy Dorsey, con la que comenzaría a alcanzar una gran audiencia.
Un año después sería grabada por vez primera en el extranjero por Andy Russell y también fue una de las canciones más cantadas entre las tropas Aliadas en Asia y Europa durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. En una entrevista que le hiciera Mario Talavera, Consuelito comentó: “Se canta ahora esta canción en toda América, qué digo, en todo el mundo; en Londres, atenuó el ruido de los bombardeos y, según tengo entendido, se hizo la canción predilecta de los soldados que lucharon por la libertad. ¡Es bastante para alcanzar la inmortalidad!”.
En 1949 ingresó al hit parade estadounidense como uno de los más grandes éxitos mundiales y en 1962 el grupo inglés The Beatles la grabaría tres veces. Desde su publicación, Bésame mucho no ha dejado de estar de moda, de ser interpretada por los más jóvenes artistas, de ser “arreglada” y traducida a más y más idiomas, aunque cabe destacar que se traduzca al idioma que sea, se suele conservar en español el estribillo “Bésame, bésamemucho…”.
De esta forma, Consuelito se convirtió en una artista de fama internacional. Nuevamente nos cuenta Pável Granados: “Cuando Consuelo Velázquez visitó Hollywood, en 1944, los rodajes se detuvieron. De los sets salieron los actores y directores a tomarse una foto con la autora de Bésame mucho, la canción que llevaba meses en el hit parade. Walt Disney detuvo la filmación y se tomó una foto con ella. Lo mismo Rita Hayworth, Carmen Miranda, las Andrew Sisters, Gregory Peck e incluso Salvador Dalí, que se encontraba visitando a Disney”.
En México, un sinnúmero de artistas ha interpretado sus canciones, particularmente Bésame mucho, pieza que aparece también en la cinta A toda máquina (Ismael Rodríguez, México, 1951), en voz de Pedro Infante y en inglés, luego de que el personaje encarnado por el actor menciona haberla escuchado en “un disco norteamericano”, y en medio de voces que aluden a Frank Sinatra, cuya interpretación de esa canción es célebre. Además, apareció en el filme Grandes esperanzas (Alfonso Cuarón, EUA, 1998), y como tema principal de la película soviética Moscú no cree en lágrimas (Vladimir Menshov, 1979).
“Se vive solamente una vez”
Consuelo registró 48 canciones, entre las que también destacan Que seas feliz, Amar y vivir y Franqueza. Buena parte de su vida la pasó en una pequeña casa de la calle de Lancaster, en la Ciudad de México. Fue presidenta de la Sociedad de Autores y Compositores de México, vicepresidenta de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores y diputada por el PRI (1979-1982).
Entre otros reconocimientos, fue nombrada Compositora de América por el Consejo Panamericano de Sociedades Autorales, en 1977 la ONU le otorgó la Medalla de la Paz y en 1989 el gobierno mexicano le concedió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Murió el 23 de enero de 2005, a la edad de 84 años, y la despidieron con un merecido homenaje en el Palacio de Bellas Artes, escenario donde 67 años atrás había debutado.
¿Cómo se escucha "Bésame mucho" en la voz de Elvis Presley? También les compartimos una versión con el Coro del Ejército Rojo, conocido como Ensamble Alexándrov de Rusia, donde en los años ochenta del siglo XX la canción se hizo muy popular. ¡No se la pierdan, den clic en la siguiente liga!
http://relatosehistorias.mx/numero-vigente/como-se-escucha-besame-mucho-...
Esta publicación sólo es un fragmento del artículo "Bésame mucho" del autor Ricardo Lugo Viñas, que se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 104.