Usted está aquí: El Zócalo como patíbulo

Gerardo Díaz

 

El patíbulo estuvo frente al Palacio Virreinal, en plena Plaza Mayor de la Ciudad de México del siglo XVIII.

 

 

La hoy llamada Plaza de la Constitución respondió también a necesidades pragmáticas, pues a su alrededor se instalaron las instituciones gubernativas coloniales. De igual forma, no pocas festividades religiosas y civiles se han llevado a cabo sobre su suelo.

 

Pero ha habido usos más sorprendentes, como cuando la plaza, en tiempos de la Nueva España, era el escenario para demostrar a la población que la Corona no toleraba rebeldía alguna, pues allí se encontraba un patíbulo con una temida picota. Quizá el caso más sonado fue el de la conspiración de 1566 del marqués del Valle, Martín Cortés, hijo y heredero del conquistador don Hernán. Acusado de planificar una rebelión para hacerse del reino novohispano, al final Martín pudo partir a España para justificarse ante el rey; sin embargo, expuso al resto de los conjurados y varios de ellos fueron sentenciados a muerte el 3 de agosto de ese año, como los hermanos Alonso y Gil González Ávila. Vicente Riva Palacio evocó así el acontecimiento:

 

“A las siete de la noche fueron sacados de la prisión al patíbulo […] Alonso de Ávila vestía traje negro, turca parda, gorra de terciopelo con pluma negra y una cadena de oro al cuello […] levantábase el cadalso cubierto de paños negros, iluminado por la roja y trémula luz […] los dos hermanos subieron las escaleras del patíbulo ayudados por algunos religiosos que les acompañaban y rezaban por ellos; allí, en pie sobre el cadalso, Alonso de Ávila confesó ser cierto el delito de que le habían acusado; y en seguida el verdugo derribó las cabezas de los dos hermanos.”

 

 

Esta publicación es sólo un fragmento del artículo "El Zócalo como patíbulo" del autor Gerardo Díaz que se publicó en Relatos e Historias en México, número 123Cómprala aquí