Villasana y los primeros aeroplanos mexicanos

La extraordinaria labor de los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas, 1915-1920

Natalia Villavicencio Sánchez

Durante la Revolución Mexicana se desarrolló uno de los proyectos industriales más ambiciosos de la historia de nuestro país: la fabricación de aeroplanos, diseñados y manufacturados con piezas y materiales nacionales, por técnicos también de casa. Así, las construcciones aeronáuticas alcanzaron su esplendor en el seno del Ejército Constitucionalista, de 1915 a 1920, durante el gobierno de Venustiano Carranza.

Cada aeronave, así como sus piezas, se hicieron y ensamblaron en los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas (TNCA), a cargo de Alberto Leopoldo Salinas Carranza, Francisco Santarini Tognoli y Juan Guillermo Villasana López. En ellos se hicieron las series de aeroplanos A, B, C, D, E y F, la hélice Anáhuac, así como los motores radiales o estrella, enfriados por aire, llamados Trébol, Nezahualcóyotl, Aztatl y SS México.

La tecnología aeronáutica que se desarrolló en los TNCA alcanzó un alto nivel de competitividad y superó en algunos aspectos a la estadunidense. Por ejemplo, en abril de 1916 la revista Tohtli, de la Escuela Nacional de Aviación, dio cuenta de los fracasos de los aviones norteamericanos y europeos al mencionar que, con excepción de uno, funcionaban bien hasta alturas de 1,500 metros sobre el nivel del mar, mientras que los mexicanos estaban planeados para volar hasta 2,700 metros.

Uno de los mayores logros del TNCA fue la creación de la hélice Anáhuac diseñada por el ingeniero Juan Guillermo Villasana para compensar el bajo empuje que tienen los aeroplanos en el valle de México, debido a la altura sobre el nivel del mar, pues a mayor elevación, menor densidad del aire. La mejoría de estas hélices radicó en que estaban construidas con dos maderas distintas y se formaban con varias láminas de ambos materiales, las cuales se colocaban alternadamente y en forma de abanico…

 

Esta publicación es un extracto del artículo “Villasana y los primeros aeroplanos mexicanos” de la autora Natalia Villavicencio Sánchez y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, número 96.