Glorias y fracasos del club de futbol Atlante

El equipo del Seguro Social
Gerardo Díaz

 

Abril de 1916 vio nacer a un equipo que durante años fue respaldado por la clase trabajadora de las cercanías de la calle Sinaloa, en la colonia Roma Sur de Ciudad de México. De hecho, el nombre de dicha vía fue el primero adoptado por la escuadra para evitarse el “quebradero de coco” que implicaba que todos se pusieran de acuerdo.

 

Sin embargo, ese Sinaloa duraría poco. Los muchachos cambiaron el nombre a Lusitania, el barco francés de la Primera Guerra Mundial, y después a U-53, como un submarino de la misma guerra, hasta que en 1920 lo bautizaron con el icónico mote con el que hasta hoy lo conocemos: Atlante, inspirado ahora no por una nave, sino por el mismo océano.

 

Eso sí, siempre han sido azulgranas, pues estos colores los mantuvieron tanto en su inicio amateur como en su debut profesional en 1927, y luego tras su primer título conseguido en 1932 ante el Necaxa. Ese año, además de demostrar que jugaban muy bien, se ganaron para siempre el respeto de los contrarios. ¡Corretiza segura al que se le ocurriera meterse con uno de ellos en el campo!

 

La situación económica precaria de los atlantistas hizo mella en aquellos años. Para mantenerlo a flote, en 1936 tuvo que asumir las riendas del equipo el general José Manuel Núñez, jefe del Estado Mayor presidencial de Lázaro Cárdenas. Se cuenta que entonces tuvo todo el respaldo del gobierno, dada la popularidad que ya tenía el equipo. Más tarde, en 1978 fue vendido ¡al Instituto Mexicano del Seguro Social! Y en 1984 al Departamento del Distrito Federal.

 

La administración del IMSS fue sumamente provechosa. Hasta entonces el Atlante se había mantenido de sus aguerridos debutantes, como el portero Rafael Guama Puente, quien se convirtió en ídolo desde su debut en 1968. Pero ahora el equipo tuvo liquidez para contratar a figuras estelares que no veía desde 1942, cuando firmó a Horacio Casarín.

 

Así llegó Evanivaldo Castro Cabinho para continuar destrozando cifras en el futbol mexicano y convertirse en el máximo goleador del Atlante con 108 anotaciones. Le siguieron otros que serían históricos del balompié nacional, como  Ricardo La Volpe, Víctor Manuel Vucetich o Rubén Omar Romano. Sin embargo, no consolidaron este proyecto deportivo con campeonatos y fue un duro golpe la derrota ante los Tigres de la UANL en la final de 1982.

 

Al retirarse el IMSS, volvieron los altibajos económicos y administrativos. El equipo nacido del pueblo no reencontró su identidad. Se intentaron muchas cosas para devolverle orden, jerarquía y su lugar en los corazones de sus aficionados. Incluso ganó un campeonato en 2007. Al final, aquellos azulgranas que ascendieron desde la calle no terminaron en el Atlántico, sino en el mar Caribe, al asentarse en Cancún, Quintana Roo.

 

 

La breve "El equipo del Seguro Social" del autor Gerardo Díaz se publicó en Relatos e Historias en México número 116