Alberto Santos Dumont

Cartografía urbana
Gerardo Díaz Flores

Col. Peñón de los Baños, Del. Venustiano Carranza, Cd. de México, C.P. 15520

 

Muchos relacionamos el nacimiento de la aviación con los hermanos Wright, pero lo cierto es que durante los primeros años del siglo XX, una cantidad considerable de inventores y fanáticos del vuelo estaban trabajando para elevarnos por los cielos sin necesidad de emplear globos y gases. Uno de ellos fue Alberto Santos Dumont, nacido el 20 de julio de 1873.

Proveniente de una familia acomodada, Dumont se familiarizó desde pequeño con la maquinaria de la hacienda de su padre y muy pronto comprendió la utilidad multifacética de las máquinas a vapor, palancas y engranes. Aunque su gran pasión por los inventos del ser humano surgió cuando observó por primera vez un globo aerostático francés.

El encanto por estos aparatos lo llevó a Francia, donde radicaría para estudiar su funcionamiento. Con el tiempo se ganó la fama de gran constructor. También realizó proezas como rodear la mismísima torre Eiffel volando sobre sus aparatos y ganó múltiples retos de vuelo. A sus globos incorporó motores y demás modificaciones, hasta experimentar con aparatos autopropulsados.

Con este concepto conquistó importantes premios económicos superando retos de vuelos a distancia, como el patrocinado por los acaudalados Henry Deutsch y Ernest Archdeacon; o el del Aeroclub de Francia, llevado a cabo el 23 de octubre de 1906, cuando en su aeroplano 14-Bis realizó un vuelo frente a autoridades oficiales de aviación, de una distancia de sesenta metros sobre el campo de Bagatelle en París, aunque posteriormente mejoró la hazaña en un vuelo de 220 metros el 12 de noviembre. ¡Parecía que el mundo lo había visto todo!

Desde ese momento Dumont fue para los europeos el padre de la aviación y sus vuelos se realizaban ante jurados expertos en la materia y numerosos testigos. No quiso lucrar con sus modelos y siguió perfeccionándolos, además de compartir sus ideas.

La Primera Guerra Mundial terminó con muchos de los sueños de don Alberto, quien observó que la evolución de la tecnología en el aire la llevaba a incorporarse al conflicto bélico. Desde su posición de pionero de la aviación, alegó una y otra vez que los aparatos de vuelo no debían utilizarse para fines de guerra, pero nadie lo escuchó.

Murió el 23 de julio de 1932.

 

"Alberto Santos Dumont" del autor Gerardo Díaz Flores y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 91