Valerio Trujano

De arriero a coronel

Pedro Salmerón Sanginés y Luis Arturo Salmerón

Valerio Trujano, bravo entre los bravos hijos del sur que se unieron al cura José María Morelos en la lucha por la libertad. Labriego y arriero en su juventud, Trujano se vinculó a las conspiraciones de Valladolid y de Querétaro, y cuando supo que el padre Miguel Hidalgo había encendido la mecha, en el pueblo de Dolores, liquidó sus bienes y armó a una veintena de campesinos con los que empezó la guerra de guerrillas contra el gobierno virreinal.

 

Como jefe guerrillero, Trujano cosechó algunos sonados triunfos en los caminos de Oaxaca a Veracruz, y en 1811 se puso a las órdenes de Morelos, de quien había sido amigo y compañero, cuando ambos recorrían como arrieros los caminos del sur. El generalísimo le encomendó la ocupación de varias poblaciones de la sierra Mixteca, misión que Trujano cumplió acompañado por don Miguel Bravo. Las fuerzas de Trujano se apoderaron de toda la región, por lo que el gobierno envió una importante columna para recuperarla. Trujano decidió esperarla en Huajuapam, la principal ciudad de la Mixteca, donde los realistas lo sitiaron el 5 de abril de 1812.

La defensa de Huajuapam por las fuerzas insurgentes de Valerio Trujano fue memorable, y sólo puede ser comparada con la defensa de Cuautla que hizo famoso en todo el mundo el nombre de José María Morelos. Para sostenerse en la plaza durante más de cien días, Trujano racionó estrictamente las municiones y los víveres y reguló la vida de la sitiada población como la de un convento. El 13 de julio, el ejército de Morelos, que acababa de romper el sitio de Cuautla, llegó en auxilio de Trujano, cuyas tropas todavía tuvieron fuerzas para combatir a los realistas en el mismo punto en que se realizó el ataque de Morelos, contribuyendo así a la victoria insurgente.

Obtenida esa victoria Morelos otorgó a Trujano el grado de coronel y el mando de un regimiento con el que Trujano realizó varias expediciones por el rumbo de Tehuacán, para tener ocupada a la guarnición de Puebla e impedir que Oaxaca, siguiente objetivo de Morelos, fuera reforzada por los realistas. En una de esas acciones, en las cercanías de Tepeaca, fue atacado por 400 realistas. Trujano, que sólo llevaba cien hombres, se defendió con valor y al final del día él y sus hombres lograron romper el cerco en que los habían encerrado los realistas, pero uno había quedado atrás… el hijo mayor del otrora arriero no había logrado escapar, el valiente coronel regresó a buscarlo muriendo en el intento.

Cuando se retiraba la columna realista, Hermenegildo Galeana llegó al lugar del combate al frente de sus hombres, y aunque tarde para salvar a Trujano, sí pudo vengarlo y rescatar su cuerpo sin vida. Trujano fue enterrado en Tehuacán con todos los honores militares.

Esos hechos tuvieron lugar el 5 de octubre de 1812, y Morelos lamentó siempre la muerte del valiente coronel que había alcanzado fama en las campañas de la Mixteca.

 

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