René Avilés Fabila, un legendario escritor de la Onda

Ricardo Cruz García

En 2009, la Universidad Autónoma Metropolitana le otorgó el título de Profesor Distinguido a René Avilés Fabila, el más alto honor que la institución concede a sus académicos.

 

 

Un auditorio lleno de jóvenes espera su llegada. Un auditorio lleno de sudor y algarabía. Imaginen más de cien preparatorianos a quienes dijeron que un gran escritor y periodista vendría a visitarlos. Se presenta: René Avilés Fabila. Para mí era desconocido, pero su amena charla me hizo tomarlo como si fuera alguien de confianza, un excelente amigo. Una plática llena de humor, desparpajo, crítica, política y, sobre todo, literatura. Al final, obsequió ejemplares de su revista El Universo del Búho y todos nos los arrebatábamos. Era 2003 y él tenía 63 años, aunque su vitalidad era de un joven de veinte –como cuando empezó a escribir– y resultaba contagiosa.

 

Avilés Fabila murió el 9 de octubre de 2016. Fue maestro de decenas de generaciones de universitarios y en sus últimos años dio clases en la UAM-Xochimilco. Aquélla revista tiraba cinco mil ejemplares y se mantuvo a flote de 1999 a 2009; después se empezó a editar de manera digital con el nombre de El Búho, en referencia al reconocido suplemento cultural del periódico Excélsior que dirigió por casi trece años desde 1985.

 

René nació en 1940, estudió Ciencias Políticas en la UNAM e hizo estudios de posgrado en la Universidad de París, aunque su pasión siempre fue la literatura. Uno de sus primeros textos fue una entrevista a su amigo de tiempos de la secundaria, el escritor José Agustín, miembro de la llamada generación de la Onda –término acuñado por la académica Margo Glantz, aunque ellos rechazaron tal mote–, integrada además por Parménides García Saldaña, Gustavo Sáinz y el propio René, entre otros, cuya obra surgió en los críticos años sesenta y se caracterizó por su irreverencia, estar ambientada en escenarios urbanos, dejar fuera las formalidades estilísticas e incorporar el lenguaje juvenil de la época.

 

Avilés Fabila construyó una destacada carrera que inició con su libro de cuentos Alegorías (1963), hasta llegar a la colección de relatos de La cantante desafinada (2014). En esos más de cincuenta años de escritura publicó su primera novela Los juegos (1967), en la que parodia a personalidades literarias de la época. Después vinieron los libros de cuentos Hacia el fin del mundo (1969) y La lluvia no mata las flores (1970); El gran solitario de Palacio, sobre la masacre de Tlatelolco de 1968; la novela de (des)amor Tantadel (1975); la polémica Réquiem por un suicida (1993); además de sus volúmenes de “recordanzas”, entre los que hay que mencionar Memorias de un comunista. Maquinuscrito encontrado en un basurero de Perisur (1991), donde narra parte de su paso por la izquierda mexicana y su decepción ante ella.

 

Discípulo de Juan Rulfo, Juan José Arreola y José Revueltas, René se dedicó intensamente al periodismo. Fue uno de los fundadores del diario Unomásuno en 1977 y colaboró en decenas de publicaciones, entre ellas El Nacional, Siempre! y México en la Cultura. Ganador del Premio Nacional de Periodismo en 1990, de 2004 a 2006 dirigió la legendaria Revista de Revistas de Excélsior, periódico en el que publicó su última columna, como cada domingo, el día en el que murió.

 

Algunos le decían el Búho o Águila Negra, yo recordaré a René como un gran maestro.

 

 

El artículo “Un legendario escritos de la Onda” del autor Ricardo Cruz García se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 101: http://relatosehistorias.mx/la-coleccion/santiago-vidaurri-entre-la-repu...