Autonomía Universitaria

10 de julio de 1929
Luis Arturo Salmerón

El 10 de julio de 1929 el presidente Emilio Portes Gil promulgó la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, con la que nuestra máxima casa de estudios alcanzó al fin la autonomía.

La Universidad Nacional de México, heredera directa de la Real y Pontificia Universidad de México (la más antigua de América), fue fundada en 1910 por el maestro Justo Sierra como parte de un ambicioso, sólido y novedoso proyecto educativo, pero llegó la Revolución mexicana y durante la violenta década siguiente la Universidad languideció, sobreviviendo apenas.

Fue en 1920, cuando el país recuperó una paz relativa y se asentó firmemente en el poder el grupo vencedor de la Revolución, que la nueva Universidad pudo efectivamente iniciar sus tareas sustantivas y atender las crecientes necesidades de educación y cultura de nuestra patria.

Bajo la generosa e infatigable dirección de José Vasconcelos, la Universidad adquirió la presencia en la vida nacional que Justo Sierra había pretendido darle y empezó a ser la institución formadora de las élites políticas e intelectuales de México; además, la matrícula y la calidad de su planta docente aumentaron considerablemente.

Así pues, en los años veinte la Universidad había cobrado vida nueva. En ese contexto estalló la huelga estudiantil de mayo de 1929, en contra de algunas medidas administrativas de escasa importancia. Sin embargo, pronto los huelguistas dejaron atrás esas limitadas demandas para exigir un cambio a la Ley Orgánica, pues seguía vigente la de 1910, así como un aumento del presupuesto, el cual apenas se había duplicado, a pesar de que la matrícula se había multiplicado por cinco. La huelga se extendió hasta afectar a 22 escuelas y 18 mil alumnos.

El gobierno entró en negociaciones con los huelguistas a través del doctor José Manuel Puig Casauranc, exsecretario de Educación, quien luego de escuchar las demandas de la grey estudiantil, recomendó al presidente la solución del conflicto y la prevención de conflictos posteriores mediante “la concesión de una absoluta autonomía técnica, administrativa y económica a la Universidad Nacional”.

La autonomía demandada por los estudiantes se entendía como la independencia frente al gobierno y la designación de autoridades en el seno de la institución y con sus propios mecanismos. El tema ya había sido ampliamente debatido en los años anteriores, pues en 1928 se había formado una comisión de universitarios que redactó un proyecto de Ley Orgánica cuyos puntos medulares fueron retomados por Emilio Portes Gil en la ley expedida en julio de 1929.

El presidente recibió a los líderes de los huelguistas el 29 de mayo y les ofreció esa solución, recibida con entusiasmo por los universitarios. El 3 de junio iniciaron los debates en el Congreso de la Unión sobre el proyecto de Ley Orgánica enviado por el presidente, que reformaba la de 1910. El 10 de julio de 1929 se expidió la Ley Orgánica de la UNAM, con carácter independiente desde entonces. Dos días después, en una asamblea estudiantil, se dio por concluida la huelga que duró 68 días.

 

“Autonomía Universitaria” del autor Luis Arturo Salmerón y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 35.