Abraham González, uno de los políticos más atrevidos que ha dado Chihuahua

Gerardo Díaz

 

Los restos de Abraham González fueron recuperados por el general Francisco Villa, quien le rindió homenaje y ordenó que fuesen trasladados a un panteón de Chihuahua. Actualmente están en la Rotonda de Chihuahuenses Ilustres.

 

 

A unos pocos kilómetros de El Paso, Texas se encuentra el Aeropuerto Internacional de Ciudad Juárez, que debe su nombre a uno de los políticos más atrevidos que ha dado Chihuahua: Abraham González Casavantes.

 

Don Abraham nació el 7 de junio de 1864 en Ciudad Guerrero. Representó el prototipo del culto trabajador bien remunerado. Realizó estudios de lengua y comercio en Estados Unidos, los cuales le sirvieron para laborar en diversas compañías hasta hacerse de renombre en el comercio de ganado.

 

En ese tiempo pudo notar la enorme influencia y poder de las familias terratenientes Terrazas y Creel, y la omisión del gobierno federal ante las quejas y críticas hacia la administración estatal. Más tarde, adoptó las ideas magonistas. Sin embargo, al igual que Francisco I. Madero, pensó que los radicales métodos de Ricardo Flores Magón bien podían ser dejados a un lado si la participación democrática era respetada. Así, en 1909 decidió apoyar a don Francisco al fundar en Chihuahua el Comité Estatal del Partido Antirreeleccionista.

 

Luego de los comicios presidenciales de 1910 en los que Porfirio Díaz salió nuevamente electo entre acusaciones de fraude, González se unió a la lucha armada. Con ello no solo ganó aún más la confianza de don Francisco, sino el respeto de los chihuahuenses que vieron en él a un líder no solo de palabras, sino de hechos.

 

Tras la renuncia del general Díaz en 1911, Abraham González fue nombrado gobernador de Chihuahua. Entonces inició el desmantelamiento de los circuitos de influencia de los Terrazas-Creel y, lo principal, un cambio de política que apoyó a los pequeños productores y empresarios sobre los grandes terratenientes y corporaciones. También realizó importantes investigaciones respecto a la riqueza y ganancia real de los primeros, a fin de que el estado pudiese cobrar la totalidad de los impuestos correspondientes.

 

Nombrado por Madero secretario de Gobernación, dejó su natal Chihuahua en medio de esas importantes reformas para trasladarse a Ciudad de México. Esto fue un error. Los Terrazas y Creel volvieron a apoderarse mediante amenazas de sus antiguos intereses. Al volver don Abraham, actuaron como solían hacer en tiempos porfirianos: con violencia.

 

Con todo, González pareció salir avante, hasta que, para su sorpresa, el propio Madero cayó producto de la traición de Victoriano Huerta. Entonces sí, su suerte terminó también. A los chihuahuenses se les hizo creer que desapareció, hasta que su cadáver fue encontrado tiempo después, dejado junto a las vías del ferrocarril y con un tiro de gracia en la cabeza que se dice fue disparado el 7 de marzo de 1913.

 

 

La nota breve "Abraham González" del autor Gerardo Díaz se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 110