Un cubano bien mexicano

José Ángel Mantequilla Nápoles
Gerardo Díaz Flores

Los que lo vieron pelear en la arena cuentan que hacía estremecer el ring con sus rápidos movimientos y poderosa pegada. La mirada no se podía apartar ni un segundo ante el carisma y la técnica que desplegaba en el cuadrilátero, y es que José Ángel Mantequilla Nápoles se cocía aparte en el mundo del boxeo.

 

El nacido en Santiago de Cuba el 13 de abril de 1940 aprendió en su tierra natal los movimientos de cadera que tanto lo distinguieron para esquivar y atacar de sorpresa. "Se resbala como mantequilla", contaba la gente, aunque también se decía que el apodo se debía a lo escurridizo que resultaba con las mujeres. Lo cierto es que su llegada a México, tras el triunfo de la Revolución cubana y la crisis que se dejó sentir en el boxeo profesional de la isla, fue una grata sorpresa. En el país depuró su técnica durante la década de los sesenta, noqueando a cuanto rival le colocaran enfrente, siempre pidiendo una ocasión para competir con los grandes del boxeo.

Gracias a la vitrina mexicana, esta oportunidad llegó el 18 de abril de 1969 ante el campeón mundial de peso welter, Curtis Cokes. Mantequilla no la desaprovechó y entró por la puerta grande al selecto grupo de campeones mundiales noqueando a Cokes en el 13° round, y festejando su victoria con un sombrero de charro característico de su patria adoptiva. De esta fecha en adelante dominaría indiscutiblemente su categoría por más de cinco años (salvo una derrota técnica en la defensa de su título por un corte en una ceja) conservando su corona la mayoría de las veces en tierras mexicanas. Su aceptación llegó a un nivel tan alto en la cultura popular que compartió créditos con El Santo en la película La venganza de la llorona, e incluso Julio Cortázar realizó un pequeño cuento titulado La noche de Mantequilla, en referencia a la pelea protagonizada entre Nápoles y el campeón argentino de peso mediano, Carlos Monzón, realizada en París y promovida por el reconocido actor francés Alain Delon. Pelea que, cabe añadir, perdió Mantequilla por la notable diferencia corporal entre él y Monzón, pero dejando un agradable duelo de puños en los primeros rounds.

El retiro de Mantequilla fue en diciembre de 1975 cuando fue derrotado por knockout técnico por el británico John H. Stracey en tierras mexicanas. No optó por la revancha y prefirió terminar sus números pugilísticos en las 77 victorias, cinco derrotas, y formar así, parte del selecto grupo que ha conseguido más de 50 knockouts en su carrera.

 

 "Un cubano bien mexicano" de Gerardo Díaz Flores y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 31

 

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