Efrén "Alacrán" Torres

Leyenda del boxeo en México
Jaime Bali Wuest

Había comentado la idea de escribir un texto para recordar en vida la historia de este hábil boxeador al iniciar el 2010, pero el tiempo no perdona, el 20 de febrero de este mismo año el famoso Alacrán se nos adelantó. Nacido en la Palma, Michoacán, el 29 de noviembre de 1943, residió desde muy pequeño en el antiguo barrio de Oblatos en la ciudad de Guadalajara y fue considerado por sus seguidores más cercanos, un autentico tapatío.

 

En el panorama general del deporte profesional en nuestro país, el box es sin duda el que le ha dado a México más victorias, aun ahora, cuando por el número de asociaciones que se disputan el espacio de este deporte en el mundo, es cada vez más difícil para los mortales identificar quiénes son los campeones reconocidos por todos. Pero lo cierto es que los boxeadores de valía se reconocen por la manera de pararse en el ring, estilo, valentía y pundonor. El Alacrán era uno de esos boxeadores que sus seguidores consideraban un elegido por la esgrima que desarrollaba, la manera de moverse en el cuadrilátero y su gancho de izquierda demoledor por el que fue llamado el Alacrán por sus seguidores.

Por lo general la historia del boxeo se reduce a lo que es posible recoger de la crónica periodística, de las entrevistas que se hacen a los boxeadores en sus etapas de ascenso, gloria y declive, y de los comentarios de entrenadores, amigos y familiares. Con la muerte del ídolo crece la leyenda y se confirman los mitos que lo hicieron famoso, se impone entonces la leyenda y el recuerdo en la mente de los más cercanos.

El Alacrán, indiscutible campeón del mundo en la categoría de peso mosca, ídolo y gran peleador en la década de los sesenta, en un momento en que había grandes boxeadores en México, pasó a la historia grande de este deporte por los  épicos encuentros que tuvo con el tailandés Chartchai Chionoi. Frente a un rival de características similares, el Alacrán mostró sus grandes cualidades, habilidad, enorme resistencia y abnegación; estas peleas demostraron también el drama del boxeo: la supeditación de la salud de los contendientes al éxito comercial de organizadores y promotores. En la segunda de ellas celebrada en el 23 de febrero de 1969 en el ya desaparecido coso de Cuatro Caminos, Efrén derrotó a su oponente por nocaut técnico en el octavo round para convertirse en campeón del mundo. A lo largo de esa sangrienta pelea, los espectadores se mantuvieron de pie a la espera de la inminente caída de uno de ellos. Sin duda los combates librados en tres ocasiones por estos gladiadores son considerados entre los más espectaculares del boxeo.

Antes de retirarse, Efrén se enfrentó al Púas Olivares en una pelea celebrada en la ciudad de Guadalajara el 11 de julio de 1971. Se trataba de una pelea donde se veían las caras dos ídolos de la afición, reconocidos prácticamente como dos máquinas de tirar golpes y por su valentía arriba del ring. El Púas, que atravesaba su mejor momento, lo noqueó en el segundo round y anunció con ello el final inminente del Alacrán que terminó por retirarse después de perder su última pelea en 1972.

 

"Efrén "Alacrán" Torres" de Jaime Bali Wuest y se publicó íntegramente en la edición de Relatos e Historias en México, núm. 22

 

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